CONTEST/JUEGOS Y JUGUETES/#8/MI PRIMER JUGUETE/POR @tamesaig

Una infancia llena de experiencias placenteras e inolvidables, habilidades y destrezas desarrolladas desde la humildad de un hogar de 4 hijos, las ganas inmensas de disfrutar sanamente en mi comunidad con vecinos, pues los carros de moda eran incomprables por su elevado precio adquirir varios, era un imposible que quedaba muy claro, en las instrucciones familiares los domingos después de rezar el rosario, no podía ser parte de la prioridad del presupuesto familiar.

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Entonces salía a flote la madre de todos los inventos, la necesidad, de aprender de jugar y de tener presencia en los encuentros de esquina en la barriada, iniciamos con los carros de madera , municioneras clavo, martillo, machete, cuerda y golpe trancado, en las primeras pruebas fallidas , incluyendo rodillas peladas, una bajada formidable llamada avenida cementerio ,pues era muy sola, y llena de huecos, que hacían una aventura al comenzar la pruebas pilotos, o de locura hoy día caminando siento temor , pero la infancia deja esa clara valentía de no quedar atrás , por difícil que sea el reto.

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En equipo con ayuda se logran grandes cosas , hoy siento orgullo de la fuerza de salir adelante sin menosprecio de las habilidades y conocimientos de muchacho, con ímpetu y gallardía aun en los momentos de menos lucir ante los demás, al fin de cuentas siempre era entre amigos. Esa épocas de juegos en semana santa , competencias en cualquier esquina, la de trompos recorriendo toda la comunidad , menos frente a la iglesia pues el sacerdote Fernando era implacable si estaban cerca de la casa de dios.

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Nos sorprendía nos quitaba lo que con tanto esfuerzo hacíamos con material natural a punta de cuchillo, lima, palo cargados de la quebrada Segovia, labrados, y con un clavo de acero en la punta, limado hasta con la punta de la acera y luego de tenerlo en sus manos, para regresarlo limpiar la casa parroquial grande eso no era tarea muy gustosa, como pago de la falta cometida, con dos chapas y un hilo se elaboraban los runches , quedaban buenas faenas , pero al romper sacaban sangre de las manos.

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Las metras con plomos regalados de los talleres mecánicos, perinolas elaboradas con en base, hilo y un palo derecho que no tuviera espina, ni nada que lastimara, quien hacía más repeticiones exitosas y un dulce de leche de premio de la sra Joaquina , ese no tenía rival en sabor tamaño y valor. Pero en épocas de navidad llegaba el gran reto y eran fosforitos o tiros, y nosotros, con una bujía vieja con minas de fósforos, y una cuerda pequeña, y bommm cada uno con esa arma por la comunidad.

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Fue una época de mucho valor emocional que no cambiaría por nada placentera, bonita sana, y para el ejemplo de la lucha por alcanzar la felicidad sin atropellar a nadie ni hacer daño a terceras personas, así llego los nintendo pero había solo uno y éramos muchos al final jugar el escondite en la cancha, o partidas de futbol o básquet era la primera opción, accesible para todos , tanto que el dueño del aparato al final llegaba pidiendo chance en la jugada pues solo no era tan atractivo su adelanto tecnológico, que viva la infancia y sus juegos artesanales.

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