Los niños cada vez que tienen la libertad de echar a volar su imaginación, la convierten en instantes mágicos; que luego en el desarrollo de su vida les ayudarán a apalancarse en esas pequeñas experiencias, o travesuras para algunos. En algunos hogares y sociedades los pequeños tienen poco espacio para experimentar instantes de creatividad, que son los que más desarrollan la innovación. Es por eso que el maestro de Galilea, les prestaba toda su atención; recordemos el pasaje de Marcos 10:13-15: -Empezaron a llevarle niños a Jesús para que los tocara, pero los discípulos reprendían a quienes los llevaban…

… Cuando Jesús se dio cuenta, se indignó y les dijo: «Dejen que los niños vengan a mí, y no se lo impidan, porque el reino de Dios es de quienes son como ellos; les aseguro que el que no reciba el reino de Dios como un niño de ninguna manera entrará en él»-

Al reino de los cielos, también se le conoce como el reino de la mente viva y alegre, con sus fantasías y creaciones espontáneas, permite el paso de toda creatividad. Para algunos padres y educadores, que quieren educar con parámetros fijos, son inaceptables estos conceptos. Pero para quienes saben que el aprendizaje es una constante prueba cargada de juego y alegría, hasta cuando salga bien, cualquier experimento por sencillo y sin razón que parezca. -Entender esto, se llama amar el proceso de cada niñ@-