En Busca de un Mentor

El abuelo de la playa siempre alentaba al aprendiz para que pidiera consejo y escuchará a mentores; ¿Dónde puedo encontrar uno para mí? -se decía, así mismo- en los libros, en los maestros del cole qué te presten atención. De todas maneras es importante siempre pedir discernimiento al Espíritu Divino, que te guíe hacia la luz. -Concluía aquel mentor-

¿Qué es un mentor? Es quién logra impactar la vida de otro ser humano, directa o indirectamente; sin siquiera saber dónde terminará esa influencia. El estadista británico William Gladstone lo dijo así: “Sabio es el hombre que no desperdicia energía persiguiendo cosas para las que no está calificado; y más sabio aún el que, entre las cosas que puede hacer bien, elige de manera resoluta la mejor”

Un ejemplo de buscar mentoría, quizás conocido por la mayoría, es la vida y obra de un hombre más bien pequeño, con bigote corto, siempre con un bastón, pantalones bombachos, zapatos grandísimos y torpes al caminar, un sombrero de hongo; claro adivinaste, es Charles Chaplin; al inicio de siglo llegó a ser una persona famosa y reconocida. Su teatro y cine aún hoy día sigue impactando a niños y jóvenes estudiantes, sobre el arte de la actuación. Pero al conocer a aquel hambriento niño, nadie se atrevió a predecir sobre la influencia mundial que ejercería por décadas y quizás siglos.

Charles Chaplin, llegó a este mundo a un hogar de pobreza extrema, sus padres músicos callejeros, sin aspiraciones de encontrar la manera de aprender a triunfar por lo grande y de manera sostenible. Chaplin de niño acabó de criarse en orfanatos de caridad. Allí se despertó su amor para la actuación, se determinó aprender de toda persona que quisiera compartirle lo mínimo sobre el arte escénico, leyó cuanto libro o manual cayó en sus manos, siempre dijo: “El mentor aparece disfrazado, hay que estar abierto a escucharlo y aprender de él, así sea lo más simple” Poco a poco, acto tras acto, llegó a convertirse en el mejor actor, director y empresario de su tiempo.