¿Qué mujer te gustaría recordar este Día de la Mujer?"

  Enaltecer las virtudes de una persona, es algo que recurrentemente me gusta realizar, porque a través de ese gesto, estimulamos los sentimientos positivos. Desde esta dinámica, nuestra amiga @jyoti-thelight nos invita a hacer dicha acción para el Día de la Mujer y, me complace decir presente. Sin más preámbulo comienzo con mi participación.

  Mujer es una palabra que realmente va más allá de ser una clasificación de género, porque detrás de esas cinco letras, está la fuerza, el amor y la resiliencia que identifican a todas las féminas que forman o han llegado a formar parte de nuestra extensa sociedad.

  Si hablamos del significado que tiene la Mujer para mí, puedo decir con toda firmeza que es inspiración y tenacidad, ya que he tenido la oportunidad de ver a muchas mujeres enfrentar las circunstancias de la vida con fortaleza y, estoy muy agradecida con Dios por haberme dado la oportunidad de ser mujer, porque cada día trabajo arduamente para representarlas mejor desde la trinchera que me corresponde.

  Durante el ciclo de mi vida, he tenido la maravillosa bendición de coincidir con mujeres extraordinarias. De cada una he aprendido a ser mi mejor versión y, les confieso que cuando me inspiro en ellas, comprendo con mayor esplendor la sabiduría de Dios al crearnos, porque estamos en este mundo para ser agentes de amor y fortaleza.

  Para el Día de la Mujer, me encantaría recordar a mi abuela y, a pesar de que ella falleció cuando yo a penas tenía 7 años de edad, plasmó en mí varias lecciones de vida que recuerdo diariamente, además de que, me aseguro de nutrirlas, porque me han permitido comprender mejor la esencia de la vida y por supuesto, a mantener los pies sobre la tierra; como decimos regularmente en mi país. Les confieso que, mi abuela fue una mujer que dejó en alto las virtudes que tenemos las mujeres y, gracias a ello, hoy día, puedo decir que somos una luz que Dios creó para que iluminemos todo lo que esté en nuestro paso.

  Ahora bien, enfocándome en las cualidades que tenía mi abuelita Toña, les comparto que, ella, emprendía muy bien la acción filantrópica y humanística. Su bondad para mí, además de ser sorprendente, me enseñó que cuando ayudamos a nuestros semejantes, contribuimos a que las buenas acciones endulcen nuestro corazón y, para nadie, es un secreto que, un corazón amoroso, es el camino perfecto para lograr una sociedad amable.

  Mi abuela estaba dispuesta a tenderle su mano amiga incluso a las personas que no conocía y, si me voy más allá, también tenía gestos de ayuda hacia los animales o las plantas. De hecho, con ella aprendí que estos seres vivos son una extensión de los humanos y así como ellos nos cuidan, nosotros debemos cuidarlos a ellos.

  En cuanto a la lección que aprendí de ella se refiere, esta sin duda alguna fue el amor y la unión familiar. Aunque estaba pequeña, ella siempre me hablaba sobre la familia.
Verla haciendo lo elemental para mantener a sus hijos unidos, era admirable y aunque todo eso lo entendí varios años después, de igual manera agradezco haber tenido la oportunidad de ser testigo de esto tan importante, ya que me ayudó a mantener la posición de seguir estando unida a mi familia e incluso, cuando me mudé a otra ciudad, esta lección entró más en vigencia, porque independientemente de la distancia, he seguido en contacto constante con ellos y, cada Navidad viajo a mi ciudad natal para compartir la festividad más hermosa del año.

  Aunado a lo anterior, de mi abuela también pude aprender la importancia que tiene esforzarnos, ya que ella en compañía de mi abuelo tomaron la decisión de mudarse a la ciudad para que sus hijos tuvieran mejores oportunidades académicas, porque en el campo estaban muy limitados.

  Gracias a esta lección tengo claro que, cuando queremos evolucionar, hay que esforzarse dando lo mejor de nosotros, porque nada llega fácil y, al comprenderlo, comencé a ponerla en práctica, ya que siento que de esa manera también puedo valorar más las cosas que me han sucedido o me sucederán.

  Quiero dejar presente que, la vida me va a quedar muy corta para todo el agradecimiento que tengo hacia mi abuela. Sin embargo, dicha gratitud me impulsa a manifestarle que es el lirio más hermoso que llegó a mi vida y, su legado, está muy bien cuidado, porque sé que ella quería que su descendencia descubriera la magia de la vida y, todos lo descubrimos, ya que gracias a sus lecciones, hemos disfrutado lo máximo de nuestro día con matices y todo visto que, la cotidianidad se vive bailando sobre la turbulencia que más allá de tumbarnos, nos enseña a crecer.

  ¡Mil gracias por todo abuela! Sé que aún me falta mucho por aprender de ti, pero te prometo seguir tu legado, porque es el camino ideal que me lleva a ser la mejor versión de mí misma y por supuesto, a contribuir para tener una sociedad donde todos nos amenos y ayudemos. Te abrazo hasta el cielo amada abuela.

¡Muchas gracias por leer mi publicación!

^{Las imágenes presentadas en esta publicación fueron extraídas de mi galería personal}