The diary Game 24-11-24. Salida para despejar/El juego diario

Hoy fue necesario salir de la rutina, buscar otros espacios, decidimos dar una vuelta a comer helado en el Centro comercial Sambil de Maracaibo, el más grande de la ciudad y donde se siente otro ambiente yo “jocosamente” lo llamo la “Venezuela paralela”, ya que allí todo está lleno y en apariencia feliz, la gente comparando, especialmente ayer plenos de disfrute de manera que fuimos a contagiarnos un poco.

_{Imagen de mi propiedad}

Tiene varias entradas, ayer lo hicimos por la puerta Goajira. El centro comercial visto desde arriba tiene forma de “olas” para simular el lago, también dentro de si tiene una fuente con la réplica del puente sobre el citado lago donde además tiene un criadero de hermosos peces Koi, alrededor se encuentra la feria de comida con más de 30 locales de comida variada.

_{Imagen de mi propiedad}

Al entrar ya sientes un cambio al menos de actitud, estaba repleto, por todos lados anuncios del próximo Black Friday (viernes negro) costumbre que copiamos junto al Halloween y al día de acción de gracias (pero ese es tema de otra publicación). La creatividad zuliana se hizo presente con una figura de la Basílica de Nuestra Señora de Chiquinquirá y de ella misma realizada con globos, la niña de la foto no la conozco pero era imposible tomarle una fotografía a solas al ingenio popular.

_{Imagen de mi propiedad}

Llegamos a la heladería un poco después ya que como se ha hecho una costumbre siempre hacemos reclamos a las personas que estacionan en sitios para discapacitados y que están marcados, no eres consciente de ello hasta que tienes que vivirlo.

Pedimos los helados, para mí fue un marroncito, mi esposo y mi hijo(los dos Víctor) disfrutaron el frio postre que en esta heladería es excepcional.

Desde allí un lugar privilegiado del centro comercial podíamos escuchar un Jojojo de un San Nicolás tomándose fotos con los niños y recogiendo sus cartas (ya los regalos no los trae el niño Jesús a pesar de celebrar su natividad) las cosas han cambiado. Un inmenso árbol muy hermoso, la risa de la gente, la música del lugar que nos cantaba sobre que traía un ramillete de un lindo rosal...un año que viene y oro que se va... por supuesto que nos cambio el ánimo.