Lunes de Literatura -Si pasa

Ella me dijo un día: “No me dejes, ya estoy vieja y fea,” y me dio lástima, así que no la dejé.

Pasó el tiempo, y yo me puse viejo, feo y enfermo, y entonces ella simplemente se fue.

El amor… qué cosa tan curiosa en la vida: vidas que se juntan sin saber lo que será al final.

Así pasa, ¿no? La gente se conoce, pero en realidad no se conoce en todas las áreas.

Es difícil entender cómo, cuando las dificultades aparecen, pocos tienen la fortaleza para resistir la tentación de huir.

Estamos en la época del desapego, de los grises; y no, no es una película de ciencia ficción, sino la separación de personas mayores como nunca antes. Parece que ya nadie se aguanta tanto.

¿Y tú, en qué etapa estás? ¿Del lado de los que aún siguen o de los que lo han perdido todo?

En mi caso, estoy del lado en el que ya no queda nada.

Pero es bueno saber que las personas no son lo que pensábamos. No es ese amor hasta el final que nos prometieron las sagradas canciones románticas, que dictaron los mandamientos del amor.

Y volver a empezar es volver a sentir. Ahora las cosas son nuevas. La vida siempre te da sorpresas, te gusten o no. Así pasa en la vida, así pasa en las películas, así pasa en el amor.

Lo importante es que esté bien… ¿Bien para quién? Mentira, que esté como quiera y donde quiera.

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Ya no es mi vida, y yo estoy en

mi propia caída, cada cual

cayendo como le toque.

Te fuiste cuando más te necesité.

Te fuiste bien lejos de mi vista.

Partiste con todo mi ser.

No sabía que tu partida sería mi derrota.

Te creí eterna, y fuiste breve.

Creí en cosas increíbles,

y cosas increíbles ocurrieron.

La película de acción

se convirtió en una de terror y miedo.

Hay días, o no hay días, pasan cosas,

o no pasa nada.

¿Dónde estarás? ¿Qué será de ti?

¿Dónde brillará tu pelo con el sol?
¿Dónde estará tu sonrisa?

Despierta, ya no hay realidad;
el sueño se acabó.

El rostro debe volver a vivir,

y la risa debe regresar.

Ya pasó. No pienses más, ¿para qué?

No hay manera de que esto cambie.

Nadie te escucha.

A nadie le importas.

¿Y qué? ¿Por eso vas a rendirte?

No. No me rendiré. Blindaré mi corazón,

acorazado, para que nadie lo toque,

y solo se mire desde afuera.