Un placentero viaje por el Caribe, a bordo de un hermoso y lujoso Velero, con 5 amigos del trabajo, aprovechando unas vacaciones. De repente, una tormenta se forma y cae sobre nosotros. Se daña el motor y quedamos a la deriva, con vientos y corrientes alternantes y agresivos. Al amanecer, observamos el cielo despejado, pero... el velero no se mueve! Hemos encallado, en un arrecife, observamos la costa y vemos mucha vegetación y un par de montañas, decidimos bajar y explorar. Sorpresa!, es una isla, no muy grande, volvemos al velero, la batería está muerta, no hay radio ni señal de teléfono celular, entramos en pánico. Estamos en una isla, solos, hemos naufragado!...

Sobrevivieron racionando la comida que llevaban a bordo pero solo pudieron alimentarse los primeros 20 días el resto de los días tuvieron que sobrevivir a base de pescado crudo, aleta de tiburón, tortugas, pájaros pequeños y bebiendo agua de la lluvia, agua de los cocos que habían en los arboles y sangre de tortuga cuando las lluvias y cocos escaseaban.

Fueron los días más largos de sus vidas, no tenían noción del tiempo, solo sabían que se hacía de noche cuando empezaba a oscurecer, buscando durante el día como alimentarse e hidratarse, cuidándose de los animalitos que se pudieran encontrar, formaron como una especie de carpa con palmas secas y otros elementos que pudieran encontrar para cubrirse de la lluvia, los mosquitos y otros réptiles. Eran unos días eternos que parecían no tener fin.

Uno de los chicos que viajaba, el menor de ellos, con apenas 25 años de edad murió 3 meses después de quedar a la deriva al perder las esperanzas y no ser capaz de resistir las duras condiciones de supervivencia, muriendo de sed y hambre. Acababa de graduarse de ingeniero de minas y además de disfrutar su viaje iba en busca de ejercer su profesión.

Después del fallecimiento de Maximiliano el chico de 25 años de edad, Luciano otro de los chicos que viajaba en el hermoso velero dijo haber estado a punto de suicidarse pero su fe religiosa y el amor por su familia le hicieron mantenerse con vida.

Esta travesía duro 5 meses exactamente en donde nadie daba con estos 5 chicos perdidos en las islas del Caribe. Un equipo de investigadores confirmó el hallazgo dado que encontraron el velero destruido y restos de las cosas que los chicos llevaban para su aventura. Luego de 20 días de buscarlo por zonas cercanas al lugar en donde quedaron los restos fue que encontraron a 4 de los chicos en muy malas condiciones, pero felices de que después de tanto pudieran finalmente encontrarlos. Comentaban que habían vuelto a vivir y que Dios era inmensamente grande.

Tras esta dura experiencia, Luciano de la hoz transforma su vida y empieza a escribir libros de supervivencia.

Verdaderas historias de supervivencia en el mar, que nos muestran como el ser humano es capaz de adaptarse y soportar las más duras condiciones de supervivencia. .