Hoy, mi día comenzó a las 5:30 de la mañana, como es habitual de lunes a viernes. Me desperté sintiendo que era el momento de agradecer al Señor por la bendición de un nuevo día. Después de levantarme, me arreglé con cuidado y, con todo listo, me dirigí hacia la escuela.
Al llegar, noté que sería un día cargado de actividades para los niños, así que para iniciar la mañana de una manera especial, decidimos preparar un delicioso desayuno para todas mis compañeras de trabajo. Cocinamos arepas fritas, que son un platillo típico y muy apreciado, y las acompañamos con refresco sabor a manzana, ideal para energizar el día que teníamos por delante.
Después de haber concluido nuestro desayuno, nos organizamos para comenzar a trabajar en nuestras respectivas áreas. En mi caso, tengo la responsabilidad de ser el enlace relacionado con la gestión de alimentos. Por lo tanto, hoy debía llegar a la oficina para realizar la recogida de una cantidad específica de suministros que se utilizarán la próxima semana para la alimentación de los niños.
Regresamos a la escuela, donde organizamos la cocina. Empezamos a despejar ordenar los alimentos , contándola y colocándola de manera ordenada para poder utilizarla. Así podremos preparar el desayuno y el almuerzo para los niños. Terminé mi jornada por el día de hoy y regresé a casa. Al entrar por la puerta de la cocina, me encontré con una sorpresa: ¡un morrocoy se había escapado y estaba de visita en mi hogar!
Lo recogí y lo llevé junto a los demás morrocoyes. Luego, me aseguré de arreglar la cerca para que no pudiera escaparse nuevamente.
Mi madre había preparado una sopa de carne con una abundante cantidad de verduras, así que me senté a disfrutarla con una buena taza.
Decidí tomar un breve descanso y al levantarme, observé que el panadero había hecho un pan en forma de morrocoy para mi sobrino Kaleth. Lo primero que hizo fue colocarlo en el suelo para que lo empujara, creyendo que era un morrocoy real, mientras disfrutaba de pequeños pedazos. Esta situación me emocionó enormemente.
Y así finalizó mi día de hoy. Espero que puedas leer mi diario. ¡Gracias por tu apoyo y que Dios te bendiga!
Todas las imágenes fueron capturadas con mi Infinity 11.
Hola amiga, un día bastante productivo en el trabajo.
Que visita tan agradable la del Morrocoy, que por cierto no se cómo llego hasta su casa, se ve que es alto. Aunque, los animales son muy inteligentes y se la ingenian.
Tan bello el niño jugando con el pan en forma de Morrocoy, no sabía que era para comer jejeje. La inocencia de un niño es único.
Saludos 😃😊
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