En un pequeño pueblo de Canadá vivía Elena una mujer hermosa, de buenos modales, valores y con una excente educación, al primer año de matrimonio había quedado viuda y con dos niñas a su cuidado, llevaba una vida muy ajetreada y con un corazón lleno de espinas por todo lo que le había pasado, había perdido a su gran amor y quedado sola con las niñas, así que desde ese entonces se dedicaba a trabajar para poder darle todo lo que necesitaban, a pesar de lo que le había pasado supo salir adelante, un día llegó un empresario muy exitoso a la tienda donde ella trabajaba y desde el primer momento que la vio quedó enamorado, no le importo que tuviese dos hijas y a los meses se casaron, la llevo a vivir a su casa, todo era maravilloso, la felicidad impregnaba su hogar.

19 años más tarde estas pequeñas niñas crecieron eran hermosas y su padre adoptivo las quería como sus propias hijas, nunca hubo distinción o diferencia de cariño para ellas, Alondra y Victoria crecieron rodeadas de mucho amor y cariño, pero una de ella sentía envidia hacia su hermana y hacia todo lo posible por hacerla sentir mal. Alondra era como una hermosa flor de terciopelo, quería seguir los pasos de su padre así que estudiaba y trabajaba junto a él para aprender el negocio de la familia

Victoria era envidiosa, rencorosa, perezosa, tal cual como un cactus espinoso, hermoso, pero tardan mucho en florear e incluso algunos no florean así los trates con amor, no le gustaban los estudios así que se dedicaba a dormir y salir de fiesta con sus amigas. Un día Victoria escucho a su padre hablando con su madre y le decía que quería dejar la empresa en mano de Alondra, eso le cayó muy mal y se sintió indignada pues decía que la iban a dejar sin nada, así que diseño un plan para saca a su hermana del camino.

Ya con el plan listo y a punto de cumplirse Victoria escucha una conversacion de su madre con su abuela, ella le comentaba que su hermana había muerto el mismo día que nació su propia hija y que ella la había cuidado tal como se lo prometió, a pesar de saber que no le quedaba mucho tiempo de vida pues había nacido con una enfermedad que no tenía cura y que le quedaba poco tiempo en esta tierra. Victoria se alegro y pensó que Alondra era la hija de su tía y que ya no era necesario deshacerse de ella pues al fin y al cabo pronto moriría.

Pasaron los meses y empezó a decaer la salud de Victoria, en ese momento recordó la conversación de su madre con su abuela y se dió cuenta que la niña adoptada era ella, en ese momento se arrepintió de no haber vivido su vida como si fuera el último día de su vida, el llenar su vida de rencor en contra de su hermana y hasta no dedicar mejor su tiempo en realizar un oficio, viajar y conocer mejores personas, pidió perdón a su madre y a su hermana y lamento no poder disfrutar de ellas a toda plenitud, agradeció a su padre por quererla a pesar de no ser su hija, en ese momento Victoria cerro sus ojos y se despidió de este mundo.

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