Uno de los períodos más significativos de nuestras vidas es emprender un viaje fuera de tu nación, dejar tu familia, tu hogar, amigos de toda una vida.

Es difícil ver cuando un ser querido tiene que partir, muchos sentimientos encontrados, un motivo de alegría para algunos y tristeza para el resto, el hecho de no poder ver a esa persona por un largo tiempo es algo que sin duda alguna nos oprime el corazón. Más sin embargo el saber que todo el sacrificio es por una buena causa, por una mejor calidad de vida nos llena de consuelo.

Hoy nos toca a nosotros ver partir a 3 personas muy especiales a otro territorio, uno muy lejano y es inexplicable el vacio que han dejado, pero a pesar de que hoy abadonan aca practicamente todo, sus pequeñas maletas van repletas de un sin número de sueños, se avecinan nuevas oportunidades, así como esas ganas inmensas de comerse el mundo para lograr lo que más anhelan, “todo sea por el bien de ellos y su familia”

A pocas horas de reencontrarse con algunos parientes que allá los esperan y quienes hace un tiempo atrás les toco atravesar por lo mismo.

Son muchos los cambios y deben adaptarse a un nuevo clima, gastronomía, cultura, se que al principio no será fácil y más aun por el simple hecho de saber que aquí dejan a sus padres quienes son su razón de ser, pero no es tiempo de percibirlo como un adiós sino un hasta pronto, es fuerte el no poder estar corporalmente en un mismo lugar, pero deben pedir mucho a Dios para que ya próximamente los 4 ya que pronto se sumara una nueva integrante a su familia, y sea él quien les de la fortaleza necesaria para continuar y poder derribar cualquier obstáculo que se les presente en este nuevo transitar.

Desde acá no me queda más que desearles lo mejor y pedir a Dios que los llene de bendiciones, tolerancia y que puedan cumplir lo que sus corazones mas anhelan, con muchísima tristeza y aun con lágrimas en los ojos escribo estas líneas, pero sé que allá van a estar mejor y que pronto nos volveremos a reencontrar.