Ana, una chica de la hermosa ciudad de Caracas, había perdido a sus padres a muy temprana edad, sin embargo, nunca olvido las palabras de su madre, aquellas que precisamente la acompañaron el resto de su vida.

-Procura escuchar hasta entender lo que te dicen.

Esas palabras las recordaba, cada vez que conversaba con sus amigos, incluso con sus tíos que habían cuidado de ella desde muy joven.

Ese privilegio de escuchar era comentado por todos los que la conocían, pues era común oír en el recinto universitario, el hecho de que a ella se le podía contar cualquier cosa, pues escuchaba con atención.

Las personas que llegaron a conocerle, notaban que no se apresuraba a dar su opinión, si no que generalmente meditaba lo escuchado, para llegar a una conclusión final.

Marta su mejor amiga constantemente se metía en unos tremendos problemas, pues ni siquiera tenía la paciencia para esperar que se terminara de hablar, por esta razón con frecuencia le decía a Ana :

-Amiga, tú tienes el poder, que a mi parecer es tan importante en toda sana relación, escuchar con atención. Y no solo eso sino que procuras entender a las partes.

Ana solía escuchar ,pero no solo esto sino entender, pues noto muchas veces que tener la razón no debía ser el tema de discusión, debido a que no se vive en los zapatos del otro, ni sus experiencias, es necesario escuchar con el corazón dispuesto a ser parte de la solución y no del problema.

Saludos amigos.

Gracias por leer y por tu comentario.