The Lord, our guide. || El Señor, nuestro guía.

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Commonly we do not recognize that sometimes our ways are not adequate, we need to act with humility and recognize that we need the Lord, we are not able to run the race alone.

I will make you understand, and I will teach you the path in which you should walk;
Upon you I will fix my eyes.
Do not be like the horse, or like the mule, without understanding,
Which must be restrained with a halter and a bridle,
Because if not, they don't come near you.
There will be many pains for the wicked;
But he who hopes in Jehovah, mercy surrounds him.
Rejoice in Jehovah and rejoice, you righteous;
And sing for joy, all you upright in heart.

Psalm 32.8-11

I imagine a picture where the Lord Jesus accompanies a person, and placing his right hand on his shoulder he says: "Let's go this way, this is the way".

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Although this is just the product of my imagination, the reality is that the Lord himself through his word guides us at all times along the best path, let us remember that God says: About you I have thoughts of good and not bad."

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We must act with humility and sincerity to recognize that we need to be accompanied in this life by the Lord Jesus Christ, if we take the step to recognize the capacity, sufficiency and wisdom of God to guide our steps, He acts immediately , is willing to help us, help us and guide us.

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The word of God is like that lighthouse that illuminates our port, it is that light that shines despite the great storm, the Lord Jesus Christ is the captain of the ship, who guides us to the safe harbor. We must read the word of God so as not to drift.

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We have a great hope, glorious and eternal hope, this hope takes place after the last beat of our heart, after the last breath of life. If for us today the path is unclear or confusing, we have the captain to guide us. Then we will be in heaven forever with him.

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Comúnmente no reconocemos que que algunas veces nuestros caminos no son los adecuados, necesitamos actuar con humildad y reconocer que necesitamos al Señor, no estamos capacitados para correr la carrera solos.

Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar;
Sobre ti fijaré mis ojos.
No seáis como el caballo, o como el mulo, sin entendimiento,
Que han de ser sujetados con cabestro y con freno,
Porque si no, no se acercan a ti.
Muchos dolores habrá para el impío;
Mas al que espera en Jehová, le rodea la misericordia.
Alegraos en Jehová y gozaos, justos;
Y cantad con júbilo todos vosotros los rectos de corazón.

Salmo 32.8-11

Me imagino un cuadro donde el Señor Jesus acompaña a una persona, y colocando la mano derecha en su hombro le dice: "Vamos por aquí, este es el camino".

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Si bien esto es solo producto de mi imaginación, la realidad es que el Señor mismo por medio de su palabra nos guía en todo momento por el mejor camino, recordemos que Dios dice: Acerca de vosotros tengo pensamientos de bien y no de mal".

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Debemos accionar con humildad y sinceridad para reconocer que necesitamos ser acompañados en esta vida por el Señor Jesucristo, si nosotros damos el paso en reconocer la capacidad, suficiencia y sabiduría de Dios para guiar nuestros pasos, El actúa de manera inmediata, está dispuesto para socorrernos, ayudarnos y guiarnos.

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La palabra de Dios es como ese faro que alumbra nuestro puerto, es esa luz que brilla a pesar de la gran tempestad, el Señor Jesucristo es el capitán de la nave, que nos guía hacia el puerto seguro. Debemos leer la palabra de Dios para no andar a la deriva.

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Tenemos una gran esperanza, esperanza gloriosa y eterna, esta esperanza toma lugar luego del último latido de nuestro corazón, luego del último suspiro de vida. Si para nosotros hoy el camino resulta poco claro o confuso, tenemos al capitán que nos guiará. Luego estaremos en el cielo para siempre con él.

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Muchas Gracias por compartir esta lectura, deseo que el Espíritu Santo de Dios traiga revelación de su palabra a nuestras vidas.