Como buena observadora y viendo ese amplio mar con sus aguas cristalinas y mansa se conforta mi alma, bendecido son mis ojos al ver tanta belleza que nos brinda la naturaleza, es una porción pequeña del universo de Dios, todas las cosas maravillosas que ocurren en la selva, lo asombroso que sucede en las profundidades del mar, integran la historia sublime de los cielos todas forman parte de la expresión de Dios principalmente nuestros cuerpos mismo son parte de la naturaleza, tal vez la parte mas maravillosa de todas, que probablemente sea la que menos conocemos a medida que pasa el tiempo aprendemos mas y mas de la naturaleza cuanto mas nos enteramos de ella conocemos de las estrellas lejanas y los minúsculos átomos pudiendo introducirse al desierto y atalajar el Niágara (Que significa trueno de agua), sin embargo nosotros aun no somos capaces de lograr lo mas sencillo para si mismo osea lo que realmente vale, no podemos en la mayoría de las cosas dominar el temor, ni el dolor, ni las enfermedades mas comunes, ni la ira, ni la tristeza.

Todo esto se debe que hemos tratado de dominar lo exterior en lugar de buscar en su interior el dominio de uno mismo se allá en la propia mente, allí es donde estableceremos la paz, esta imagen es lo que me inspira paz interior a ver ese océano con aguas tan tranquilas y relajantes, un cielo cercano al mar es como decir entre el cielo y el mar no hay nada oculto.