En un pueblo muy pequeño del Zulia llamado La Concepción vivió una familia de escasos recursos recuerdo que era una modesta vivienda y tenían una hermosa niña llamada Marlene y el día que yo fui porque me invitaron estaba cumpliendo 10 años, era una familia cristiana y siempre estaban constantemente en oración, es noche Marlene se encontraba en su habitación y estaba a punto de dormirse y de pronto se le apareció un ángel con una túnica blanca y con una gran luz, Marlene pensó que se trataba de un sueño, pero no era un sueño porque ella estaba despierta y el ángel estaba allí y le habló, le dijo vengo a visitarte para transmitirte poderes curativos y extraordinarios porque eres una niña buena y sientes mucho amor por el prójimo y puedes ayudar a los que sufren.

Marlene empezó a realizar milagros a todas aquellas personas que vivían en su comunidad, lo único que hacía para curar a los enfermos a quien recibía en su casa era pararse en la puerta de su casa le colocaba la mano en la frente y repetí tres veces te vas a curar en el nombre de Jesús y así curó a muchos enfermos imposibilitados para caminar, de asma, a los ancianos, niños y todos en la comunidad le decían la Niña Milagrosa.

Todos poseemos ciertos poderes de los cuales no tenemos conciencia y Dios nos concedió poderes que tenemos que descubrir nosotros mismo a lo largo de nuestra vida.

Porque nada hay imposible para Dios. (Lucas 1:37)