El Lado Oscuro del Crecimiento Personal: Mis Reflexiones

Hay una parte del crecimiento personal de la cual nadie, o al menos muy poca gente, te va a hablar, y es que, el crecimiento personal, es un viaje muy solitario.

Es muy triste observar cómo, paulatinamente, todos a tu alrededor, se han distanciado de ti. Y te das cuenta cuando ya no te frecuentan como antes o no te invitan a pasar el tiempo como solían hacerlo.

En mi caso, mis apreciados lectores invisibles, todo comenzó cuando comencé a comportarme de manera extraña para ellos, y diferente para mí.

Y te podría decir que a todos les gusta tu progreso, hasta que progresas más que ellos. Todos quieren verte mejor, pero no mejor que ellos. ¿Qué irónico, no?

Creo que un 80% de las personas que generalmente estaban a mi alrededor, se alejaron. Comencé a enterarme de ciertos comentarios, actitudes… incluso gente con la que solía juntarme en mi ciudad, ahora se reúne en eventos hablando mal de mí, casi predicando que soy una mala persona, o tengo ideas raras que me hacen presumido.

¿Será que para brillar tengo que pedir permiso?

¿Saben algo? Eso está bien. Que crean lo que quieran.

A veces hay que ser esa "mala persona" para cortar de tu vida a quienes no te están aportando nada y solo están absorbiendo la energía que fluye de nosotros. Y sí, tal vez tengan razón en decirlo.

Hay que ser una "mala persona" para poder sacar de tu vida a personas que, literalmente, no suman ni multiplican, y simplemente, no se alinean con lo que quieres lograr en la vida, convirtiéndose en gente que resta y divide.

Cuando esto ocurre tantas veces, no queda de otra que aprender a no tomártelo personal. De todos los amigos que tenía, ahora los puedo contar con los dedos de una mano, y me sobran dedos, pero esos que quedan realmente me apoyan, y eso está genial.

Pero, ¿qué crees? Sigues estando solo.

Pero ahora, por elección propia, eres tú quien va a dejar de salir, quien se va a perder las fiestas, los viajes... las historias. Y lo más difícil de todo, es que ni siquiera tienes nada asegurado.

Puede que falles, y de hecho, es muy probable que así sea. Pero al menos sabes que lo estás intentando, y que las personas que están a tu lado, si no te tienden la mano para ayudarte a levantar en las caídas, al menos vociferarán: ¡Vuélvelo a intentar, porque, tú puedes!