SEXTO CONCURSO: "PALABRAS INSPIRADORAS" / TODOS SON BIENVENIDOS! / #WORLD OF XPILAR / LA AUTOESTIMA by @palabreador

      Hola!! Debo escribir un post para un concurso que se llama “Palabras inspiradoras.” de la comunidad #WorldofXPilar de #Steemit. Es una iniciativa de @franyeligonzalez que nos está invitando a hablar sobre la “Autoestima”. Alguna vez he leído o escuchado eso (suena a lugarcomún, ah?). A decir verdad, de niño JAMÁS escuché hablar de autoestima. No. Mi madre, una mujer de un carácter muy fuerte y de un corazón gigantesco, apenas si nos decía “¿Ustedes no se quieren? Mira cómo llegan de sucios! Vayan a lavar esa ropa encharcada y se bañan!”. Yo creo que ya allí, mi amada madre nos hablaba de autoestima. Mi padre, un hombre a quien le encantaba leer, nos hablaba de economía, de política, de libros, de música. Me parece que con eso, pretendía levantar nuestra autoestima y lo logró, porque cuánto me siguen apasionando esos temas!

      Un poco más crecidito, algún profesor mencionó el término, “Son unos irresponsables! Cómo se les ocurre poner un chicle en el asiento de González! ¿No se dan cuenta de que así afectan su autoestima?” Les juro que la palabra me dio vueltas por la cabeza el resto del día, incluyendo el tiempo que pasé escribiendo las 200 líneas de castigo: NO DEBO COLOCAR CHICLE EN EL ASIENTO DE MIS COMPAÑEROS.

      Mientras, en el barrio, el “chalequeo”* se ponía más de moda y hasta el más mínimo gazapo de cualquiera de nosotros, provocaba la consecuente reacción de risas, burlas y gritos en la pandilla. En esos días, nadie hablaba del bullying y lo más cerca de la violencia a lo que llegaba un acto de estos, era cuando el “chalequeado”, con la paciencia colmada, se iba encima de cualquiera de los chalequeadores. La cosa se dirimía, pues, a golpes y, por lo regular, pelea de por medio, la disputa se zanjaba y todo seguía como antes: gazapo = chalequeo.

      Más adelante, me casé. Mi madre me dijo que yo era muy joven, que tenía los estudios por delante y mil cosas más. En realidad, su único objetivo era no dejar que perdiera mi autoestima. Y yo, ni corto ni perezoso, con mi autoestima bien alta, ¡comencé a tener muchachos! Tres… en 6 años de matrimonio. Pañales, leche, biberones, toallitas, comida para cinco, servicios. Dios! Pero, jamás dejé abatir mi autoestima. Si el trabajo no daba lo suficiente, pues inventábamos! Así, poco a poco, con muchas dificultades, pero con la frente en alto (aunque con el bolsillo no muy lleno), llegó el siglo XXI y toda aquella fiebre de autoestimas, motivaciones, bullyng, terapias holísticas, coaching, etc, etc! Y, mientras más “expertos”, menos autoestima (porque si no, ¿para qué tantos expertos?). Lo que sí me parece es que ahora, cuando se habla de autoestima por todos lados, como que la hay menos. ¿No les parece?

      Mi experiencia me dice que el asunto es amarse a sí mismo. Se trata de construir una serie de aspectos psicológicos, éticos, sociales y hasta filosóficos, que nos permitan, ante cualquier situación, mantener y preservar nuestra dignidad por encima de cualquier cosa. Yo (que acabo de cumplir 55) no dejo de recordar las lecciones de autoestima de mi padre, de mi madre, de algunos profesores del liceo y de la universidad; de muchos amigos, de mis hijos y de mi esposa. Para terminar, ¿saben qué es básico para la autoestima? Amanecer cada día con la seguridad de que eres un ser lleno de amor!! Arriba! Un abrazote!!

      *Chalequeo: Término muy popular en Venezuela. Se aplica a la broma, burla o el sarcasmo que produce algún error cometido por alguien.