La imagen digital del día está hecha de acuerdo con mi propia imaginación y pensamientos (su competencia de escritura de cuentos (92)"LAS MONTAÑAS DE MI DIARIO""

Cada vez que veo esas montañas dibujadas en mi diario recuerdo los momentos que viví, eran momentos intensos, algunas veces tristeza, otras alegria, rabia, nostalgia y un sin numero de sentimientos encontrados.

Recuerdo que una vez en medio de mi imaginación de niña, tome un lápiz, creyones y empecé a dibujar y ponerle nombre a cada una de esas montañas, todos los días a la misma hora escalaba esas montañas tenía que ponerle nombre.

Ahora observó con detenimiento mis garabatos y un sentimiento de nostalgia llena mi vida !como quisiera regresar el tiempo en el mundo de mi imaginación en esas montañas!, era muy feliz.

Allí papá entraba todas las noches a mi cuarto a darme el beso de buenas noches, mamá me recordaba que tenia que cepillarme los dientes antes de dormir y Lilo, si, el estúpido de mi hermano que siempre delata mis travesuras, yo le decía que era un estúpido chismoso, pero como lo extraño ahora.

Esas montañas eran mi sueño, cada vez que podía subía hasta la Cima y allí estaba papá con su maletín de trabajo, a mamá sentada viendo televisión y a mi loco hermano, en la computadora contándole a sus amigos sus sueños de ser estrella... sí, cosas de loco, se la pasaba poniendo videos de música, se ponía los audífonos y odiaba que lo molestaran.

Mamá se la pasaba en su propia montaña, parece que era invisible porque nadie se daba cuenta que ella estaba allí, era un silencio sepulcral cuando compartimos en la meza, algunas veces eramos solo ella y yo.

En ese tiempo no entendía nada, pero ahora, en este momento tan triste, apenas me estoy dando cuenta que yo también fuí parte de su silencio, mis lagrimas no dejan de caer, ella ya no está, pero parece que a nadie le importa.

Cada montaña fue parte de mi vida pero nunca me dí cuenta de la enfermedad de mamá, nunca comentó su cáncer, todos estaban en su propio mundo y ahora estoy aquí después de estar ausente tantos años en la vida de mi madre, ya es tarde para estar presente.

Quizás por eso, en las tardes me sentaba en la montaña solo a jugar con mi imaginación de un mundo que realmente no existe, por lo menos para mi.

Hoy entierro a mi madre, pero también entierro este diario llenó de mis montañas. le obsequiaré a mi madre los besos que por mucho tiempo nunca le di, los éxitos que nunca compartí con ella, la tristeza y alegrías que viví en cad una de esas montañas. Lo coloco en tu ataúd y solo resta decirte: "PERDON... PERDON...PERDON"

Me conmueven estos recuerdos, ya han pasado 10 años de su partida y en este momento por ironía de la vida, estoy leyendo el diario de mi hija de 9 años, con garabatos de nosotros en las montañas de su imaginación y mis lagrimas no dejan de correr por mis mejillas.

Por destino de Dios, puedo cambiar el rumbo de nuestra historia en honor a un ser tan especial que no supo ser amada por los seres a quien ella más amó.