Diario / Viernes 12 06 2020 / Escrito original de @theatrorve / 100 DAYS OF STEEM: The Diary Game

Ya son las 6 de la mañana y el reloj biológico cumple su trabajo. Noche de buen clima. Un frío agradable. Otra vez pienso sin abrir los ojos. Esta vez no busco compañera de sueño en mi cama. Estoy más consciente que el día de ayer. En mi mente solo hago memoria sobre lo que tengo que hacer el día de hoy que justifique levantarme a esta hora. Pienso, recapitulo y nada no hay motivos por el cual levantarse de la cama sea necesario. Me vuelvo a dormir

Pasaría quizás una hora cuando vuelvo a despertar. Ya un poco más claro el dia. No había clima de lluvia así que el sol ya comenzaba a alumbrar el día con su luz. Vuelvo a hacer un recuento para ver si existen motivos para levantarme de la cama y sigo sin conseguir uno. Así que vuelvo a dormir.

Al cabo de un buen rato suena el teléfono de la casa. Lo dejó sonar y nadie lo toma. Me levanto inmediatamente de la cama y me dirijo a la pared que divide la cocina del comedor sitio donde se ubica el teléfono local.

Recibo la llamada y era mi madre quien vive en la ciudad de Carúpano en el Estado Sucre, alrededor de una 18 horas de camino de distancia que existe entre Carúpano y San Juan de los Morros. Ciudad costera del estado Sucre al oriente del país. Parte del recorrido de este viaje se hace por las costas caribeñas de Venezuela. Para mí un recorrido muy agradable por los paisajes y las playas que existen en el camino.

Fue agradable la conversación con mi madre. Sobre todo porque parte de la misma giró sobre un post que publique en Steem y que compartí en Facebook, donde ella lo vio, y me interrogaba de cómo era esos escritos y demás cosas sobre Steem.

Después la conversación giro a asuntos más personales sobre cómo iba nuestras vidas y demás detalles.

Al terminar la conversación seria ya como las 10 de la mañana. Me negaba a acostarme de nuevo ya que eso quizás interferiría con el sueño en la noche. Prepare mi tarro de café como todas las mañanas, aunque no era la hora de costumbre, tome los cigarros y salí al patio trasero.

Lo primero, ver el árbol de mango. Lógicamente reflejaba que la guerra pájaros/Yo seguía con un saldo a favor de los plumíferos. Ya casi el árbol a dejado de producir sus frutos y los pocos que van en camino de maduración están muy altos y nada ellos vuelan, yo no y ellos ganan. Tan fácil y simple.

Suspire. Después de esa reflexión/análisis me dirigí a ver el huerto. Tomándome el café y mientras fumaba un cigarro, los pensamientos que analizaba mientras observaba el huerto era: “Termina una guerra y empieza otra”. Pensé eso ya que después de darme como derrotado en la guerra del mango, se me avecinaba la Guerra contra la maleza. Ya estaba retoñando parte de la misma donde había trabajado hace pocos días. Esta vez solo observe ya había planeado que para el sábado era el día que volvería a remover la tierra y ahora aprovechar para sacar la maleza que está saliendo de nuevo, ya que mañana siendo el día que empieza el cuarto menguante del ciclo lunar el domingo me dedicaría a trasplantar los retoños de pimentón, ají dulce u ají picante que habían nacido en los germinadores. Así que nada hoy no era día para el huerto.

Dure quizás una hora y algo allí en el patio. La única vez que entre en ese tiempo fue para recargar el tarro de café.
Ya cerca del mediodía regrese a la cocina a preparar mi almuerzo del día.

Ya con la comida servida me dirigí al cuarto con ella. Almorcé tranquilo en la tranquilidad de mi habitación para luego reposar un poco. Pensaba a que dedicarme en la tarde y no encontraba motivo para hacer alguna tarea. Quizás inconscientemente estaba cambiando las actividades de hoy para el domingo y viceversa ya que el domingo sería un día de trabajo para mí.

Cerca de mi cama en el escritorio estaba encima del mismo un libro. Lo tome y era uno de Paulo Coelho. Verónica decide morir. Quizás lo había dejado allí mientras limpiaba el cuarto, en verdad no recuerdo, lo cierto que decidí releerlo. Ese libro siempre me ha gustado y el reflejo que hace el autor, al comparar la decisión de Verónica con una que el tomo en su vida, lo hace para mi muy interesante. Además la narración de Coelho es muy fresca y agradable.

Ya como a las 6 de la tarde decido parar la lectura. La vista ya no es la misma de antes y se me cansa más rápido. Cerré los ojos como por media hora para relajar a vista. Luego me levante y salí al patio trasero de la casa esta vez con la mini laptop par dedicarme a navegar un poco en la red.

Lo habitual. Quizás la excepción de que el fútbol español e italiano reiniciaron y quería leer las noticias al respecto. Por lo demás navegada a las noticias nacionales e internacionales. Ver cómo va la pandemia en el mundo y al final por supuesto entrar a hacer mi diario de hoy.

Prácticamente esto es todo lo del día. No fue un día de mucho movimiento pero también son válidos los días así.
No siempre se puede y se debe de estar full de actividades para catalogar un día de bueno o malo. Parto muchas veces de que es mejor calidad que cantidad y a pesar de lo poco fue buena la calidad del día.

Ahora a publicar para luego salir de la red y como siempre.

A la ducha y a descansar hasta mañana