Una imagen, una historia / Del poder y la riqueza a la pobreza: El ocaso de una mujer en su vejez.

Actualmente, se piensa que el dinero, el poder y la belleza son elementos clave para una vida exitosa y feliz. Pero la vida puede dar giros inesperados si pensamos que la verdadera felicidad siempre está ligada a lo material y que la juventud y belleza son eternos.

En su juventud, la vida trataba a esta mujer como en un cuento de hadas. Era poseedora de riquezas, poder y belleza. Exitosa y con una presencia imponente que causaba envidia en otras mujeres.

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Con un trabajo exitoso, era reconocida como una mujer prestigiosa en la sociedad. Por otro lado, al llegar a la ancianidad, se encontró en una situación de pobreza extrema. ¿Qué le había pasado en su camino?.

Resulta ser que no pensó en su futuro, vivía solo el presente e hizo caso omiso a circunstancias imprevistas, como problemas de salud, y la posibilidad de perder su trabajo. Adicionalmente, tomo malas decisiones financieras, por lo que perdió el dinero y los bienes materiales acumulados a lo largo de los años. Por su carácter posesivo nunca se casó y se ganó el desprecio de todos los hombres que maltrato en sus relaciones amorosas.

La suerte y la fortuna de las cuales alguna vez gozó se esfumaron, por lo que quedó sumida en la más profunda de las pobrezas. El proceso de envejecimiento para esta mujer, fue especialmente difícil su belleza se desvaneció apareciendo en su rostro las arrugas en su frente como muestra de que el tiempo pasa para todos.

Ensimismada, recuerda las mansiones y los lujosos automóviles que poseía, la abundancia se convirtió en pobreza extrema, ahora vive en un humilde hogar y cuando consigue algo de dinero usa el transporte público.

Ahora, esta mujer que se llama Adriana, se sienta descalza en una acera de la calle pensando en que no valoró muchas cosas en su juventud como la prudencia en los negocios, la amistad, el amor de sus seres queridos sumado al hecho de que descuido su salud.

Descubrió muy tarde que el dinero y la apariencia física realmente no son suficientes para ser feliz si no se tiene el espíritu, la capacidad de entender a otras personas, y la disposición de adaptarse a las adversidades.

A medida que envejecía, Adriana sentía que había perdido la dignidad y fortaleza su fortaleza, tuvo que aprender a vivir con lo justo, a disfrutar de cada momento y a valorar a las demás personas en sus últimos años de vida sin estar condicionada por la riqueza material o la apariencia física.

Ella, comprendió que debía ser agradecida con lo poco que tiene ahora, y se dedicó a predicar entre las mujeres jóvenes y humildes del barrio en donde vive que tenían que valorar a las demás personas y debían enfrentar las adversidades con valentía y dignidad, además de prepararse para una vejez inminente por lo cual debían mantenerse saludables, ser ahorrativas, perspicaces y si era posible debían disfrutar de una pareja que las apoyase, formar una familia y vivir una vida plena y satisfactoria, independientemente de las circunstancias externas.

Un gran saludo a la comunidad MUNDO DE XPILAR, esta es mi participación en la iniciativa sugerida por @franyeligonzalez denominada: Una imagen, una historia Enlace Aquí.

Invito a participar a @raul3600 y a @nohe15.

Espero se hayan entretenido con la presente publicación. Me ddespido hasta una proxima oportunidad!.