Les saludo con mucho cariño feliz de poder compartir con ustedes. Hoy domingo quisiera hablarles de un tema que me ha hecho reflexionar por su puesto primeramente a mi para luego compartirlos con ustedes. Se trata de nuestro perfume, de nuestra escencia como mujeres.

Como mujer, se que a todas nos encanta una fragancia en particular, dulces, florales, maderos tal vez cítricos. Pero pareciera increible pero una misma fragancia o perfume aplicado en distintas personas da olores distintos y es que nuestro PH que es quien establece el nivel de acidez en que cada quien también permite que el perfume dure más tiempo o menos según el tipo de piel.

Pero hoy quiero traer a reflexión un hermoso pasaje Biblico en el que narra como María derramó un perfume costoso a los pies de Jesús.

En cierto momento, durante la cena, en presencia de los discípulos, María tomó un arrátel de ungüento de nardo puro, de gran valor, y ungió los pies de Jesús. Luego procedió a secarle los pies a Jesús con su cabello, de modo que la casa quedó perfumada con el olor del ungüento (Juan 12: 3).

Es decir que todos en casa persivieron ese olor. A veces si darnos cuenta un perfume nos dice tanto de una persona, podríamos decir que la identifica al punto que incluso podríamos saber quién se acerca aún teniendo los ojos cerrados.

Físicamente para lograr conseguir una buena fragancia delante de los demás debemos estar aseados, limpiar nuestra piel de impurezas. Pues te cuento que espiritualmente también es necesario limiparnos de toda impurezas del pasado, un (cambio interno) implica sanar tus heridas, quizá recores, algun dolor por ser traicionada. aprender a perdonar.

Una vez que tengamos un cambio interno nuestro cambio externo se caracterizará por ser amables, respetuosas, cariñosas así seguro que llegaremos ser un buen perfume, que nuestra presencia sea siempre agradable a los demás de ésta manera te aseguro nunca pasarás desapercibida, así como María en aquel día al derramar ese perfume todos voltearon a verla.

Se un buen perfume!!! 🌼

Querida amiga, mujer, te invito a llenar tu boca de alabanzas, de acciones de gracias, de oración con Dios, ya que él desea hacer de ti un fino alabastro y derramar en ti su exquisita presencia, poner su gracia en ti ésto permitirá que dónde llegues sea tu presencia agradable como un buen perfume.

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