The Diary Game (19/02/2025) Pasar la tarde con la familia

Esta tarde después de llegar a casa del trabajo con algunos trabajos agotadores que nunca terminan, cuando llegue a casa me recibieron mis dos hijos que habían estado esperando mi regreso por mucho tiempo, se había vuelto una costumbre para ellos porque ambos habían estado esperando mi regreso, cuando llegue a casa con mi moto inmediatamente gritaron y corrieron hacia mí, inmediatamente los saludé y los abracé y besé con un corazón feliz ellos continuaron jalando mi mano para jugar, saqué bocadillos del maletero de la moto y los compartí para los dos que había comprado cuando llegué a casa más temprano, haciéndolos animar de alegría.

La vista frente a la casa

Momentos hermosos como estos me llenan de entusiasmo para seguir con el día y siento como el cansancio del trabajo va desapareciendo poco a poco.

Después de cambiarme de ropa, los acompañé inmediatamente a jugar al patio. Mi hijo mayor siempre nos pedía que jugáramos a la pelota. Por suerte, el patio de casa es bastante grande, así que podemos jugar a la pelota libremente. Además, el pequeño tiene su propia pelota y no deja de patearla de un lado a otro mientras grita de alegría.

No mucho tiempo después, mi esposa salió de la casa con un plato de arroz para alimentar a nuestros dos hijos, porque mientras jugaban eran muy golosos en comer arroz, mientras jugaban era una oportunidad para prepararles comida, usando sus manos una a una fue sacando arroz con cuchara hasta que el plato estuvo vacío, hasta que mi esposa sonrió porque el trabajo duro estaba hecho, porque para mi esposa, alimentar a los niños era un momento muy agotador, por eso los niños siempre eran perezosos para comer arroz.

Listos para comer, los niños comenzaron a trepar el árbol de mango en nuestro patio, un árbol de mango bastante grande, el hermano mayor solo trepó hasta abajo porque no podía alcanzar el árbol que era demasiado grande, mientras que el hermano menor estaba justo debajo mientras continuaba llamando a su hermano mayor que estaba arriba, mi esposa y yo solo los mirábamos a los dos, llamándolos de vez en cuando y siempre diciéndoles que tuvieran cuidado de no caerse,
Cuando somos niños, cuanto más nos lo recuerdan, más entusiasmados nos volvemos y simplemente nos miramos y sonreímos.