La idea era levantarnos temprano y comenzar a subir desde la mañana, pero entre acostarnos tarde y preparar lo que nos llevaríamos, se hizo un poco tarde. Salimos tarde de casa de Marvin, tomamos el transporte y nos fuimos.

Llegamos a la entrada de Gamboa a las 11:00 a.m. Estaba emocionada porque iba a llegar hasta el final y porque subiría por un nuevo sendero.

Llegando a la entrada	Entrada de Gamboa

Este sendero no es tan lindo como el que subimos el mes pasado, pero sí lo sentí un poco más cómodo al momento de subir. Mientras subía los primeros 1800 metros, no me sentí tan cansada, pero luego sí, sobre todo porque se me aceleraba mucho el corazón.

Por lo que tuve que hacer varias paradas y descansar. También aprovechamos algunos miradores para observar la hermosa vista de la capital de mi país.

Primer mirador	Segundo Mirador

Poco antes de llegar a la cruz del Ávila, mientras hacía una parada para descansar, veía las plantas y me llamó mucho la atención lo que alguien le había escrito. Les dejo la fotografía para que ustedes mismos lean.

Estando allí, pasó una moto de protección civil. Luego de un par de minutos, llegamos a la famosa cruz del Ávila. Tomé algunas fotografías y admiré la vista que había allí.

La planta con el escrito	Casi cerca de la cruz

Aquí sí descansamos un buen rato. Aproveché para hacer unos estiramientos para participar en uno de los cursos y también comimos e hidratamos un poco para seguir nuestro camino.

Luego de descansar un buen rato, seguimos caminando. El sendero se hacía un poco más difícil para mí, por lo que paré más seguido para descansar y estabilizarme. Las subidas eran mucho más inclinadas y aunque intenté grabar y tomar fotografías, la verdad no se asemejaba a lo que verdaderamente debía subir.

La Cruz del Ávila	Descansando con mi novio .

De hecho, unas de estas subidas le dicen "la pared" y ahora entiendo por qué. Antes de esta subida nos encontramos con el teleférico, lo que me hizo pensar que estábamos cerca, Pero, nada más alejado de la realidad. Luego de pasar estas difíciles subidas, llegamos a donde están las antenas e hicimos un merecido descanso.

Después de esto continuamos por el sendero. Aquí nos encontramos con total naturaleza, el camino ya no era de cemento sino de tierra y rodeados de puros árboles. Mientras más caminaba, el sendero se hacía mucho más angosto; solo se veían árboles.

Teleférico	Antenas

Al llevar un buen rato caminando, comencé a dudar si realmente íbamos a encontrar el final y llegar realmente a la cima. Paraba con más frecuencia, pero a la vez quería ir más rápido.

Marvin comenzó a escuchar el ruido que se suele hacer en el hotel Humboldt, pero yo no escuchaba nada y pensaba que lo decía solo para tranquilizarme.

Sendero	Vista casi llegando a la meta

Hasta que por fin comencé a escuchar eso quería decir que estábamos cerca. Seguimos subiendo hasta salir del sendero y ver gente al lado del hotel Humboldt, lo cual indicaba que había llegado hasta la cima.

Fue hermoso poder haber llegado. A pesar del cansancio, la vista del lugar es impresionante; el hotel es hermoso y en el lugar había varias ventas de comida y artesanías.

Mirador desde el Humboldt	Famoso hotel Humboldt

La mayoría de las personas que estaban allí subieron por el teleférico y precisamente por allí fue donde bajamos. Estaba emocionada porque también sería la primera vez montada en un teleférico, aunque esperaba que fuera un poco más rápido jejeje.

Al terminar de bajar, fuimos al centro comercial y disfrutamos de unos ricos perros calientes para finalmente regresar a casa de Marvin y poder descansar.