Imágenes recreadas en Canva

Por muchos años el azul ha sido referencia de masculinidad, Y aunque los colores no tienen género culturalmente en muchos países el azul lo asociamos al varón, y cada vez que viene un bebé en camino solemos usar el rosa o el azul, yo tuve la fortuna de tener a mi hija y comprar todo rosa en su momento, pero mi deseo también era pintar la habitación de azul para la llegada del bebé varón, pero el destino no me dio la oportunidad y me arrebato el sueño por completo.

Mi corazón se quedó ilusionado de comprar ropita azul para mi príncipe que siempre soñé, mi participación trata de una historia que fusiona la realidad y la ficción basada en lo que yo viví con el deseo de tener a mi príncipe, mi bebé varón y que al final no se me concedió y me quedé con las ganas de tener mi lado azul. 🩵

Mi sueño Azul

Azul era una joven soñadora, encantadora y risueña, ella era amante al color azul porque le hacía honor a su hermoso nombre, y aunque ella era muy femenina, de chiquita llevó muchas burlas por decir que el azul era su color favorito y la llamaban niño, y es que culturalmente se le asociaba este Color a los varones.

Ella siempre soñó con tener un niño varón y así poder comprar todo de su color favorito, siempre le gustó el nombre Blue y era como lo quería llamar, sí, azul en inglés porque su mundo era Azul.

Un día ella se enamoró de un extraño joven que pasaba por la universidad donde ella estudiaba, él llevaba sus cabellos pintados de Azul, eso a ella le llamó mucho la atención y al acercarse pudo notar sus ojos que hacía combinación, amor a primera vista se dio y mi cielo lo llamo.

No pasó mucho tiempo cuando Azul su amor entregó y sin ninguna precaución algo en su vientre floreció, a las pocas semanas cuenta se dio y aunque ella era muy joven, llena de mucha ilusión, le pidió a Dios que fuera varón.

El joven de cabellos azules respondió y cargo de ese bebé se hizo, muy ilusionado con ser papá, a él poco le importaba el género, aunque en el fondo quería un varón para jugar al béisbol, aceptó el nombre que azul quería para él, pues a él también le gustaba ese color.

Antes de nacer el bebé, se casaron, y una ecografía de sexo nunca realizaron, azul estaba segura de que era varón porque su corazón le decía, mientras que el papá dudoso prefirió comprar todo celeste, por si la intuición de su amada fallaba.

El día tan esperado llegó, entre tantos llantos y algarabía Azul escucha desde lejos al doctor decir: felicidades has tenido una niña, la cara de la madre por completo cambió, no era el bebé que ella quería, El joven papá sin importar la agarró, la abrazó y Celeste como el cielo la llamó.

Poco a poco este dulce bebé se fue ganando el corazón de su madre que un varón quería, mariposas y flores adornaron su habitación, azul le dio toda su atención a celeste y aceptó por completo que la decisión de Dios fue darle una niña.

Con el pasar de los días Azul cuenta se dio que celeste necesitaba mucha atención, sumado a esto la crisis económica le estaba afectando, y tomó la decisión de dejar el varón para después y por primera vez y con mucha precaución, luego de una serie de estudio en su brazo, un tubo pequeñito con líquido azul le implantaron.

Sin saber que eso era lo que más la alejaría de su sueño anhelado, tener un gran varón. 8 años después, el implante ya había caducado y estaban haciendo estragos en el cuerpo de azul, y algunos desórdenes y cambios de humor comenzó a tener.

Un día viéndose al espejo pudo notar el bulto que en su vientre comenzaba a crecer, corrió a sacar la cuenta y un par de semanas llevaba retrasada, las ilusiones y sueños volvieron a nacer, pues el príncipe azul faltaba para completar su familia.

Corriendo fue a contarle a su adorado Cielo y a Celeste, todos emocionados celebraron, pues todo indicaba que un nuevo integrante llegaba y el tamaño de su si vientre era aproximado a unos 4 meses, pues cada vez era más grande.

Un día nublado llegó a hacerse todos los exámenes de rutina y algo extraño pasaba, un gran negativo salió en la prueba de embarazo, una y otra lágrima salieron de sus ojos, ella no se explicaba si su vientre abultado le decía todo lo contrario, al examinarla los médicos murmuraban, con cara de sorprendidos, pero sin decirle nada aún, le enviaron hacer exámenes más profundos.

Efectivamente, algo crecía dentro de su vientre, pero no era el bebé que tanto ella creía, era un fibroma gigantesco y de emergencia tuvieron que intervenirla, sus sueños de ser madre de un varón fueron retirados junto al útero que por dentro llevaba lo que llegó a confundir con un bebé.

Azul, incompleta y llena de tristeza, su corazón en mil pedazos quedó y aunque tiene la fortuna de tener una hermosa princesa, aún hay noches que le pregunta a Dios por qué no la dejo tener su gran varón.

Invito a participar a @alejos7ven @yonaikerurso y @karianaporras en Mi lado azul

Todas las Imágenes fueron recreadas en Canva

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