La verdad, no dormí ni 4 horas cuando ya me estaba despertando para alistar todo e irnos a la parada donde nos buscaría el bus de la excursión que nos llevaría a Cata mar.

Aún no amanecía cuando llegamos a la parada y nos montamos. Tenía planes de dormir durante el trayecto, pero no podía despegarme de la ventana y ver el hermoso paisaje.

En el bus

Amé las curvas que hay que dar para llegar hasta Cata mar. Pensé que iban a dar miedo, pero por el contrario, me pareció espectacular.

La excursión paró en uno de los miradores, donde se puede observar la vista de la ciudad por un lado y, por el otro, el lago de Valencia.

En el mirador

Nos tomamos una foto grupal con los excursionistas y seguimos nuestro recorrido. La verdad, no sé cuánto tiempo nos tardamos en llegar, pero lo que sí sé es que mi amigo Yona nos hizo recorrer toda la orilla de la playa y casi nos hace subir el cerro para llegar al otro extremo.

Como fuimos los primeros en llegar, alquilamos una cabaña que al principio nos parecía costosa, pero teníamos baño y wifi, así que eso compensaba el costo excesivo.

En la playa

Luego de tomar unas lindas fotos, me cambié para disfrutar de las olas. Pero lo que no esperaba era que las olas iban a disfrutar de las revolcadas que me dieron.

Como había llovido anteriormente, las olas estaban potentes e incluso en la orilla revolcaban. Eran tan fuertes que en algún momento perdí una de mis uñas.

Hermosa vista de la playa

En esta playa también hay un pequeño río, pero por la misma lluvia estaba todo revuelto; sin embargo, se podía disfrutar mucho más que en la playa. El agua era fría y servía para quitarnos toda la sal del mar.

Ale y su familia junto a Mile llegaron como siempre un poco tarde, pero también pudimos disfrutar. A Ale le encantó jugar con la tierra y literalmente mi jefe me hizo comer tierra. 😂

Kari Queriendo enterrar a ale

Kari quiso enterrar a Ale, pero se dio cuenta de que era mucho trabajo y terminó haciendo una figura con él.

El lugar, sin duda alguna, es hermoso. Disfruté de las chicas, del sol y de las olas revolcadoras, también satisfice mi antojo de comer pescado frito en la playa.

Rica comida

Pero todo llega a su final y tuvimos que regresar. La encargada de la excursión nos dio refrigerio y realizaron varias rifas; quedé encantada con esta empresa.

Al llegar nuevamente a casa de Yona, terminé de verificar mis cosas y me di un baño para acostarme a dormir.

_{Todas las fotos son de mi propiedad y exclusivas para Steemit, tomadas del Redmi Note 13 pro en el Edo. Aragua, Venezuela}

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