La primera vez que se habla de Soft Power, se le atribuye a Joseph Nye, un profesor de 83 años de la Universidad de Harvard. El libro en el cual expone el concepto es publicado en 1990 (coincidiendo con la época de la Apertura Económica a nivel global, y el inicio de la propagación de las ideas actuales sobre el libre mercado) y se titula "Bound to Lead: The Changing Nature of American Power".
El señor Nye observa y analiza cómo es que un actor político puede influir sobre las decisiones de otro, a partir de medios culturales o ideológicos. Es una forma diferente de ejercer presión, que no necesita de violencia policial o militar, y que en muchos casos, no es percibida como presión. La dificultad que tenemos para encontrar cine diferente al estadounidense en nuestras salas, la televisión local o la televisión por cable, la hegemonía del inglés como lengua universal, no son coincidencia. Hacen que apreciar una cultura extranjera se perciba como algo cotidiano, sin preguntarnos por nuestras raíces, y sin poder igualar los ideales de la cultura que nos imponen.
Muchos de nosotros no podemos cantar en inglés, francés o coreano, pero del mismo modo, a un inglés, a un alemán o a un ruso, le costará demasiado trabajo poder cantar un joropo, un gato, una cumbia o una chacarera. Es precisamente esta dificultad para el extranjero de igualar nuestros productos culturales, lo que hace que una aceptación de nosotros como comunidad latinoamericana nos fortalezca. Cuando aceptemos nuestras raíces, y sepamos cómo convertirlas en una ventaja dentro del mercado global de la cultura y el entretenimiento, siendo partes activas del consumo de lo nuestro, estaremos en el camino real de nuestro desarrollo.
brownie.exe
2020
Esto pone en evidencia la riqueza cultural que tiene latinoamérica, es un escrito muy enriquecedor.
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