El día sábado asistimos en familia al gimnasio cubierto de la ciudad de Cantaura, el cual no había publicado por problemas de la energía eléctrica, pero no me amargare la vida por eso ya que este gran día es de felicidad porque junto apoyamos el talento de mi hijo ese amor único al deporte y ese don extraordinario que Dios le regaló, antes de cada juego mi hijo los nervios le atacan así que rezamos...

Junto agarrado de las manos le transmito toda la confianza que merece, siempre le digo confía en ti, en todos tus habilidades porque puedes hacer lo que te plazca confiando plenamente en ti y con Dios adelante como tu mejor guía.

Una vez preparado entran en la cancha a calentar motores es decir a entrenar para luego dar inicio al primer tiempo, junto a su equipo y entrenador forman un círculos de buenas vibras y deseando mucha suerte en el partido.