Muchos dicen que la alegría es una emoción pasajera y yo creo que todo va a depender de mi actitud. Cuando ocurre algo que para nosotros es bueno y lo disfrutamos, y es tan bueno que lo compartimos y hablamos con quien nos encontremos así sea de una forma tangencial de lo que nos ocurrió, esa alegría que al principio solo era mía fue creciendo y en la medida que fui hablando de ella, compartiendo y recibiendo el feed back de las personas con quien lo hacía, de esta manera estuve pensando y sintiendo el bienestar de estar alegre todo el día y te puedo asegurar que cada vez que recuerde ese momento va a causar en mí la misma sensación. En otras palabras, estar alegres siempre será una opción y escogerla dependerá de nosotros.

Si estamos prestos o predispuestos a estar alegres, cualquier detalle, por muy pequeño que sea, siempre será un buen motivo para estarlo. Particularmente hoy me puso muy alegre que vinieran a arreglar el ascensor del edificio, tenemos más de una semana sin este servicio y como comprenderás, viviendo en un piso siete, es un buen motivo para estar alegres.

La vida es un continuo aprendizaje, siempre habrá situaciones, hechos que van a causarnos dolor y en el momento que esto pase, quizás nos sintamos las personas más tristes de este mundo; pero también creo que necesitamos aprender a llorar y sentirnos mal el tiempo justo para luego salir de allí y comenzar a restarle espacio en nuestra casa . No siento entonces que haya más dolor que alegría, lo que si está presente y debemos aprender a manejar es "el tiempo de duración de estos en nosotros"

Suelo hablar poco de mis problemas; sin embargo, no lo pienso dos veces si siento que de esa manera puedo darles solución, pero al hacerlo, solo será en esa oportunidad, los pongo en manos de Dios, trato de pensar en otra cosa y continuar con mi vida. Pienso que el estar hablando de lo mal que están las cosas solo contribuye con la creación y el reciclaje de los malos sentimientos y pensamientos lo que hace que se origine una atmósfera en la que se respira negatividad y esto, no es bueno para nadie. .

Recuerdo que de niña cuando comenzaba a reírme, de lo que fuera, las personas que estaban a mi alrededor comenzaban a reír también así como un acto automático. En una oportunidad, mi hermano y yo teníamos una discusión bien acalorada y hubo algo que él me dijo y salió corriendo y me levanté a perseguirlo, pero la manera en la que corrió, me causó tanta risa que no pude terminar mi misión y mi hermano, cuando me vio "espatillada" de la risa, desde donde estaba, comenzó a reírse también y ese fue el fin de la pelea. Cada vez que nos reuníamos ese era uno de los chistes de la noche y siempre tenía el mismo efecto.