Un lugar especial.

Todos tenemos un lugar favorito o especial donde nos gusta volver una y otra vez. Para mí este lugar está a la orilla del mar, en Cumaná, estado Sucre, en Venezuela.

Es un espacio pequeño y un tanto resguardado, ya que hay organismos militares a los lados, así que no se acerca mucha gente. Queda justo al lado del paseo de la Perimetral, frente al mar, desde donde se puede observar el paisaje de la mágica tarde, y la llegada de las embarcaciones después de un largo día de faena, los pescadores dejan que allí reposen sus botes o “peñeros”

Hay un pequeño estacionamiento, por lo que es fácil dejar el vehículo allí y saltar a descubrir el nuevo paisaje.

Suelo acercarme cuando puedo a la hora del atardecer, el lugar está un tanto desordenado y en sí no es bonito, pero es auténtico y eso me gusta.

Cada día es diferente, el cielo está en primer plano, cuando llego me siento como si estuviera en la mejor fila del cine. A esa hora empieza la película, con un baile luminoso acompañado por la suave música de las olas del mar que justo en ese momento llegan lentas a besar la arena. El horizonte es el golfo de Cariaco que reposa abrazado entre Cumaná y Araya. Sus aguas se tiñen de los colores del cielo y comparten la misma danza.

Los peñeros de colores crean otra imagen entrañable, cada uno con su “personalidad” y su nombre, a pesar de verse vacíos y mostrando sus costillas. Cuentan sus historias marinas y las aventuras que les toca vivir cada día.

Yo no soy fotógrafa profesional, pero me gusta hacer muchas fotografías con la herramienta con la que cuento que es la cámara de mi teléfono. Gracias a ella y a la cantidad de imágenes que tengo del mismo lugar, es que puedo darme cuenta de la maravillosa oportunidad de descubrir un nuevo paisaje cada día.

Esta es mi experiencia personal visitando regularmente un mismo lugar para sentir como se transforma. Y si quieres un consejo, busca tu lugar, inventa un espacio único y vívelo con relativa frecuencia para que observes el milagro de la naturaleza en constante metamorfosis.