Evelyn es una mujer que desde niña aprendió a defenderse en la vida, sus padres estaban enfermos y ella tuvo que trabajar para darles lo que necesitaban y ayudarlos para que ellos descansaran.

Se acostumbró a realizar trabajos pesados y aprendió muchos oficios. Su apariencia parecía normal, era una linda joven de cabello castaño y lacio que le bajaba de los hombres el cual, peinaba de tal manera que estuvieran fuera de sus ojos.

A Evelyn le gustaba vestir bien y a la moda con lindos vestidos señidos a su cuerpo, las personas que la veían pasar pensaban que era una "Niña Fresa" porque su caminar era cálido, pausado y con delicadeza. Por lo que no aparentaba ser la mujer valiente y guerrera que realmente era.

Una tarde que iba a su casa paso cerca de un grupo de jóvenes que estaban lanzado flechas como locos pero nadie le atinaba al centro. Como ese deporte siempre le había gustado, se detuvo un rato sin mediar palabras sonrió de verlos fallar.

Pero fue inevitable que llamara la atención de aquellos muchachos que la veían como " Carne Fresca". Así que comenzaron a decir "piropos"; ella no les presto atención y se disponía a continuar su camino, cuando uno de ellos gritó.

Muchachos cuidado que lastiman a la "Niña Fresa" que seguro va a su casa a llorar y sus padres nos vienen a regañar.

Se volteó y le dijo que no necesitaba que nadie la defendiera y que más bien él debería tener cuidado con ella.

Todos comenzaron a reír. Y luego se disponían a continuar en su deporte fallido. Y Evelyn con un tono suave les dijo, que porque en vez fastidiar no la invitaban a jugar.

Las carcajada no se hicieron esperar, parecía que el chiste estuvo bueno. Y en tono burlón decían:

Pero miren a la "chica fresa", quiere lanzar flechas, buscando romperse las uñas.

En un tono más fuerte la joven les volvió a preguntar que si la dejarían jugar.

Al unísono, respondieron:

Ven Fresita, que a lo mejor con ese vestidito nos muestras bien las piernitas.

La joven se acercó a unos de los bancos más próximo y levantó su pierna.

Mientras se escuchaban silbidos y algarabía de aquellos jóvenes eufóricos por burlarse de una linda chica.

Tomo arco con destreza, y lo apoyo sobre su pierna apunto al objetivo y la flecha quedó justamente en el centro.

En ese momento, solo se escuchó el silencio, los muchachos quedaron con las bocas abiertas y los ojos saltones al ver su destreza.

Pero siempre tenía que salir el "truan" :

¡Qué suerte tiene la princesita!

Ella tomó otras flecha y repitió su hazaña, pero esta vez el asombro fue mayor porque la flecha entro justo encima de la anterior y la partió en dos.

Nuevamente el silencio los invadió, pero el "El patán" no se hizo esperar y le gritó.

Mamita súbete más el vestido para que lo hagas mejor.

Evelyn tomo otra flecha y se volteó hacia donde estaba el joven que desde el inicio la había fastidiado, y muy suavemente le decía: no sabes que debes a respetar a una mujer.

Los muchachos se dispersaron y sólo el que ella apuntaba no se movía, y con voz titilante le decía.

Disculpa que todo fue una broma.

Evelyn sonrió y se volteó al objetivo y por tercera vez le pegó en el centro.

Les entrego el arco y les dijo: no se guíen de apariencias porque las mujeres somos polifacéticas y si en su casa no los han enseñado a respetarnos, pueda que en el camino encuentren a una "Niña Fresa" que les demuestre que las mujeres podemos tener delicadeza, fiereza, inteligencia y encantó todo arregladito en el mismo frasco.

Desde ese día, en la cuadra los jóvenes cambiaron eran más amables y atentos pero jamás volvieron a salir con el arco y las flechas a jugar tiro al blanco. Porque quizás con la "Niña Fresa" aprendieron que las mujeres se respetan.