
Durante muchos años jugué con las metras, tenía unicolores y de las transparentes con las figurillas internas parecidas a las de la portada, también llegué a tener a la mochadora, así le llamaba a una grande capaz de sacar del juego a quien se atreviera de atravesarse por el medio. Estas mochadoras eran muy codiciadas, si me llegaba a descuidar y perdía en algún juego jugando con la mochadora la podía perder, pero la recuperaba cambiándola por unas veinte de las normales. Cuando fui dejando de jugar mis hermanos menores se fueron haciendo de mis metras hasta perderlas todas, estos juegos son didácticos porque nos ponen a pensar y desarrollar la imaginación.