Muchas veces en la vida nos enfrentamos a situaciones en las que intentamos convencer a alguien de sus errores o irresponsabilidad. Pero muchas veces esa persona deliberadamente no quiere profundizar en el problema. Para ilustrar este estado decimos: "Es posible despertar a una persona que duerme, pero no informar a quien finge estar dormido".
Una persona dormida no tiene la oportunidad de ver la realidad porque tiene los ojos cerrados. Pero cuando se despierta, puede ver lo que lo rodea y darse cuenta de su error. La realidad le enseña. Pero una persona que deliberadamente finge estar dormida está esencialmente tratando de evitar la realidad. Sus ojos están abiertos pero su mente está cerrada.
Siempre es difícil trabajar con personas así o convencerlas. Porque no quieren aprender por sí mismos. Por muy buenos consejos que se les den, no los escuchan ni los aceptan.
Estas personas se pueden encontrar en muchos lugares de nuestras vidas: en la familia, los amigos o el trabajo. Intentamos convencerlos, corregir sus errores. Pero si ellos no quieren cambiar, entonces nuestros esfuerzos serán en vano.
Entonces ¿cuál es la solución? Deberíamos concentrarnos en nuestro trabajo sin perder tiempo y energía con esas personas. Quienes realmente quieran aprender, deberían ayudar. El cambio siempre viene desde dentro. Así que sin fuerza de voluntad uno no puede realmente despertar.
Es muy importante aceptar la realidad y aprender de tus errores para seguir adelante en la vida. Porque quien quiere comprender la realidad, se despierta del sueño. Y el que sólo finge, nunca podrá mejorar su vida.
Esta cita nos enseña a aceptar la vida con una actitud honesta y generosa. La fuerza de voluntad y el respeto por la realidad facilitan nuestro camino. Entonces, seamos conscientes de nosotros mismos y dejemos que otros también se den cuenta de la realidad.
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