The Diary Game: Lunes 9 de diciembre de 2024. Como el chino otra vez...

Como todos los días laborales de la semana, mi despertador sonó a las 5:30 de la mañana...

… yo me levante y lo apague, me quede viendo el techo en el que se reflejaban las luces exteriores de las casas vecinas. Comencé a pensar en todo lo que me esperaba hoy y a lo largo de la semana, para al final volverme a quedar dormido, prácticamente sin darme cuenta.

Y volví de nuevo a levantarme dos horas después, muy muy tarde, me levante de un brinco a vestirme, hacer desayuno, cumplir con unas obligaciones de Steemit para la comunidad en la que modero, corriendo casi volando, como en la propaganda del chino de Rexona. Esta vez la busque en YouTube para que entiendan la referencia, es corto, solo dura un minuto.

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Y así, entre carreras, saltos y brincos, salí bien retardado a la oficina. Esta vez no me acorde de la dichosa frase de mi antiguo jefe, mas bien iba muriéndome de la vergüenza. Puedo entender que a todos nos puede pasar, pero un lunes es como demasiado y uno como jefe debe dar el ejemplo.

Pero menuda sorpresa, como dirían en el doblaje español, llegue a las 9 de la mañana a la oficina y aparentemente ninguno de los obreros había llegado. Le pregunte al vigilante de guardia a ver si no habían salido a comprar algo para desayunar o beberse un café motivado a que yo no llegaba, pero me confirmo que nadie había llegado excepto yo.

Con uno de los obreros. (Foto Propia)

Comenzaron a llegar de uno en uno, todos con un visible desanimo. Incluso uno de ellos me pregunto que si nos darían vacaciones colectivas, pero le respondí con un gesto, pues todos sabemos que lo que hacen es dividir los grupos en estas fechas, a nadie le dan vacaciones colectivas. Al menos en la administración publica no, con excepción de algunos casos.

Como todos llegamos tarde, la mañana se fue muy rápido. Por lo que aproveche la hora del almuerzo para ir a hacerle un favor a mi novia de comprarle un lápiz táctil para completar un regalo. Fui hasta el Sambil de La Candelaria, nunca había ido desde que lo inauguraron a mediados de año. Hice la compra online y fui a retirarla.

El lápiz táctil. (Foto Propia)

Regrese de una vez a almorzar, afortunadamente no había trabajo, porque el viaje en el metro estuvo terrible. Demasiado vendedores ambulantes y ahora hay un grupo de señores con unas corneticas cantando canciones. Puedo entender que todos tenemos derecho a ganarnos el pan con lo que sabemos hacer, pero imagínense un vagón lleno hasta lo ultimo, un vendedor de chicles pidiendo permiso por un lado, un vendedor de chupetas por otro y la cereza del pastel, un señor cantando salsa con una cornetica bluetooth y mal de paso.

Quienes viven o han visitado Caracas saben a que me refiero.

Tarde tranquila. (Foto Propia)

La tarde también se fue relativamente rápido. Me notificaron que para mañana hay actividades en la calle y que debía llevar a mi gente, así mismo, debía pasar la lista de mi personal para optar por unos beneficios médicos que se están tramitando desde ahorita. Hasta yo me voy a incluir en esa lista.

Retire al personal media hora antes y me quede pendiente por si acaso algo se presentaba. Luego me retire a mi casa, aunque había cola en la parada no tenia ánimos de caminar, por lo que tuve paciencia y espere en la cola para llegar a casa. Una vez llegue a mi destino pase por la panadería y compre panes dulces y salados.

En casa. (Foto Propia)

Ya en casa hice el ejercicio que no hice en la mañana y a refrescarme despues de este dia. Me sente en la PC para ingresar a Steemit y revisar mis notificaciones y responder comentarios. Ya les he contado cuanto me gusta hacerlo, es una fora de interactuar con las cuatro personas que leen mis publicaciones.

Así amigos, culmino mi día. Espero haberles hecho un cuento entretenido de un día aburrido.