Una vez más me perdí, jajá, saludo a toda la comunidad Latina y a sus convergentes steemian que con tesón se condescienden en cada narrativa para alegrar con buena vibra a los blogueros que buscamos la excelencia imaginaria, atiborradas de originalidad. Volví, volví con el cariño de siempre y esperando cumplir las expectativas. Gracias al anfitrión @yonaikerurso que nos anima adentrarnos en la proposición del concurso. Recibo con agrado una vez más para reencontrarme con esta portentosa comunidad de steemit.
ME PERDÍ;
La historia recapitula las horas de pánico y miedo la cual fui protagonista hace 36 años, tiempos de urbe agitada que recibía al despistado niño de apenas 9 años, acostumbrado a la rutina rural conviviente en medio de los matorrales de mango, mamón y un riachuelo que apenas amenazaba a sus vecinos que invadieron su vertiente.
Recuerdo que me preparaba para la hazaña, tertuliaba con los amigos de mi pateaderos que pronto sacaría la cédula de identidad y esto implicaría la ruptura de la cotidianidad. Me levantaría mucho más temprano que lo acostumbrado, tomaríamos un vehículo transporte a las tres de la mañana y nos dirigíamos a la oficina O.N.I.D.E.X. oficina nacional de identificación y extranjería, listo con todo el formalidad que ameritaba sacar la cédula por primera vez.
Llego el deseable día, emocionado pero soñoliento por las horas cargada de la madrugada y además sin ni siquiera imaginar lo que el destino preparaba para mi. En esa mañana un aprendizaje que a mis 45 años todavía recuerdo y me sonrojo de mí mismo..
Ya todo listo, salimos en busca de mi comprobante, por aquellos años era sinónimo de adultez el proceso de crecimiento se estaba dando según el prototipo de un niño de 8 a 9 año promedio.
En medio de la espesa neblina y la flemática humedad del alba, se adosaba el taxi presto para ofrecer la carrerita y trasladarnos expeditamente al sueño dorado de cualquier niño de la época.
Con la exclamación incólume e inocente redimida sin riendas al eco cómplice, ¡Ya no soy un niño! Así comienza la travesía de aquellas horas de ofuscación y reflexión.
Llegamos a la cita ya habían como 100 niños delante de nosotros que habían pernotado en el lugar y al pasar de las horas seguían incorporándose más niños con el sueño impecable de adquirir el comprobante provisional de identidad que algunos en el pasado habían tenido la mala suerte, porque jamás le salió su laminada.
En un abrir y cerrar de ojos yacían varias centenas de niños formados en una larga fila que apenas se lograba visualizar el final desde el punto que me correspondía ocupar, así mismo aparecieron los primeros destellos del astro y con él, un funcionario de muy mal carácter con una mirada perversa y un tono de voz amenazador, lanzaba la máxima, vamos enclenques documentos en mano, partida de nacimiento original y copia además fotocopias de la cédula laminada de ambos padres, para quien corresponda acta de divorcio. Todo el mundo atento a lo que indicara aquel hombre porque reiteradamente dijo, NO repito e hizo mucha fuerza en que solo repartirían 400 números.
Aquella imagen con el semblante de martirio andante y a pesar de su mal genio, hubo gente que valoraba su información y empezaban a dotarlo de regalos, el hombre retribuía la amabilidad de la gente acercándolos a puestos más adelante de donde aguardaban al inicio.
Mi mamá me acompañaría hasta la consignación de la documentación para percatarse que todo estaba acorde, ella me daría algunas recomendaciones porque una vez dentro de la institución dependía de mí, debía escuchar cuando me llamaran por mi nombre para tomar la gráfica que representaría mi afanada cédula de identidad.
Ella me indicó que aprovecharía el tiempo para realizar otras diligencias importantes, ya que estaba cercana al centro de la ciudad, la cual hizo hincapié que si yo al salir no la visualizaba en el lugar pautado que mí espera debía hacerla con paciencia, ella llegaría a recogerme, ya todo estaba calculado. Volvió a repetirme que no me moviera del sitio y que me mantenga pendiente.
En ese instante se despidió, nos abrazamos efusivamente, ella dándose la media vuelta, y sonoramente repica al silencio, intentando recobrar ánimo para dejarme en medio de aquella reyerta burocrática, suelta al aire, pórtate bien, no inventes, te quiero mucho.
Después de bastante tiempo, por fin escuche al final del pasillo mi nombre, no sé cuántas horas fueron, pero sé que fueron muchas, tuve un momento de chifladura, paseando por mi inocente concepción que fueron días en esa cueva de necesitados de identidad y de famélicos funcionarios que al pasar de las horas sus caras se transformaban en rostros de pocos amigos.
Mansamente me dirigí al espacio de la gráfica, una señora que no escapaba del rasgo colectivo de quienes regían la oficina O.N.I.D.E.X. , que bruscamente empieza a soltar palabras tras palabras, NO TE SONRÍAS, AJUSTA LA POSTURA, ENDEREZA LA CABEZA, CÁLLATE, MIRA EL LENTE.. Sin duda una violencia inexplicable. Recuerdo que la última oración verbal que escuche en el recinto fotográfico y la cual me hincho de alegría fue; Listo, pase al pasillo y esperen que lo llamen. Desde ese momento transcurrieron muy pocos minutos, cuando otro bravucón llamo por mi nombre, para recibir el ansiado documento .
Se abrió la puerta de dos hilos toda de cristal, los carros incesantes, iban y venían en todas las direcciones, mamá no estaba en lugar de encuentro. Yo turbado por todo el trajín de una jornada que había empezado de manera anormal a las dos de la mañana de un día cualquiera de agosto de 1.988, me encontraba solo, un aprendizaje a los golpes para tomar decisiones oportunas y orientadas por las advertencias de los bienhechores adultos. Me habían dicho que aguardara con paciencia, ese día tome una decisión y me perdí.
Dos cosas pasaron por mi imaginario infantil, la primera, mamá se había agotado de tanto esperar y me había abandonado en medio de aquel suburbio imperioso, la segunda era mi oportunidad para demostrar que ya estaba grade además ya tenía mi comprobante en la mano listo para plastificarlo y conservarlo los dos o tres años mientras llegaba la laminada.
Desobedecí las orientaciones de mi mamá y decidí tomar el transporte público, sin dinero y la única referencia es que debía abordar una unidad que enganchaba un letrero en su parabrisas que decía Legiblemente UDO la sabanita. El desliz me llevo a una desesperante experiencia. Aborde la unidad en el sentido contrario, dándome cuente de mi doble error cuando el transporte había agotado la circunvalación y solo quedaba yo abordo del caballo de metal cuando el chófer me pregunto ¿a dónde me dirigía?, con un nudo en el pecho dije para San Simón un barrio detrás de la UDO, El soltó un carcajada y me dijo, estas perdido “carajito”.
Mi mamá angustiada siguiendo todo el protocolo de niños extraviado, por su parte la línea de transporte esperaba la hora del inicio de circunvalación para enviarme en el primer carro después del descanso a la parada de la universidad, todo esto paso en tres horas, mucho miedo, lágrimas y un inconmensurable agradecimiento por la gente que me apoyo.. Así que un día de agosto de 1.988 a mis nueve años por desobediente me perdí…
Bueeeeeno, eso demostró que a pesar de tener 9 años no eres un adulto y te puedes equivocar (de por sí muchos adultos también se equivocan con las rutas imagínate para un niño)
Y qué fuerte todo el proceso para sacarte la cédula de identidad
Tiene muy buena narrativa aunque hubiera sido chévere que hubieras ido un poco más al grano con respecto a la historia.
Se nota la gran diferencia de épocas, si todo hubiera pasado en este siglo todas esas personas no tendrían empleo 🙈
Por cierto la fuente de la imagen de la cédula de identidad está mal copiada, recuerda que debes pegar el link directo de donde extraes la imagen para poder verificar si es de uso libre, en este caso pegaste el buscador de Google.
Muchas gracias por participar en mi concurso
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Por esta razón se debe hacer caso a nuestros padres, la diferencia de épocas y el trato hacia los niños en aquellos tiempos han cambiado mucho hasta el momento de buena manera.
Le deseo muchos éxitos y suerte en el concurso 🤗
Posdata: Me Han Encantado La Narrativa De La Historia Sentí Que Estaba Allí Sacando La Cédula También 🤗
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