Siempre he dicho que los abuelos son los consentidores de los nietos, con ellos han hecho lo que no hicieron con sus hijos, yo tuve la oportunidad de conocer y criarme junto a mis abuelos, ellos tenían sus casas muy cerca (a tres casas de distancia y justo en la misma cuadra🤪, Siii mis padres eran vecinos y decidieron formar una familia) así que se me hacía fácil convivir con cada uno.

Los padres de mi madre eran algo distintos en carácter, mi abuelo Dionicio Cabeza era un hombre de carácter fuerte, él se dedicaba como Jefe civil y comisario de la policía en el Pao de barcelona, a pesar de no haber estudiado era muy sabio, siempre tenía respuesta a cada hecho histórico, era mi enciclopedia, cuando yo necesitaba hacer una clase de historia de Venezuela recurría a él, le gustaba que lo escucharamos contar sus cuentos así que al visitarlo el se sentaba en su mecedora y nosotros al rededor de él para escuchar sus cuentos, de él aprendimos a ser honestos y hacer las cosas bien.

En cambio mi abuela Celestina de Cabeza era la mujer más dulce que había podido existir, ella se dedicaba hacer empanadas (las más sabrosas de Grimaldi), su sazón era de ángeles, ella enseño a sus nietas su oficio y cada tarde que yo la iba a visitar la ayudaba hacerlas, todo el mundo la conocía, era la abuela de todos, mantenía a la familia unida, dónde quiera tenía un nieto adoptivo, su amor era infinito y por igual, siempre había un gesto de amor, un beso, un abrazo o un buen consejo, mi bella celeste era única, de ella heredamos su humildad, su amor hacia el prójimo, el respeto por los demás, jajaja en bonita forma era como el arroz blanco todo el mundo se la quería llevar, así que te imaginarás que conoció gran parte de Venezuela, cada diciembre era una gran fiesta porque toda la familia se reunía en la casita azul como le decimos con cariño, en fin ella era nuestra Reina.

Entre los dos procrearon 12 hijos pero criaron 16, los otros fueron los primeros hijos de mi abuelo, todos con excelentes principios, los cuales heredaron lo mejor de los dos. Hoy no están con nosotros físicamente ya que partieron con Dios hace mucho tiempo.

Mis abuelos paternos