Fomentemos la autoestima de nuestros hijos

Con mucha frecuencia vemos que, los niños quieren tener la aprobación de los padres y lo hacen porque esa es la manera de ellos sentir que los aceptan y quieren. Ellos manifiestan comportamientos de querer saber si están de acuerdo con lo que dicen o hacen; es una manera de hacerles saber que tienen la autorización de sentirse seguros de ellos mismos.

Uno de los propósitos en todo esto es enseñarles a balancear esa necesidad que están teniendo y al hacerlo, le estaremos enseñando paso a paso a ser más independientes y autónomos. Sin embargo, el problema puede llegar a radicar si esta necesidad se mantienen durante el paso del tiempo porque de una forma involuntaria se convierte en codependencias por la aprobación que le den los demás cada vez que realizan algo.

Es por ello que, cuando los padres aceptamos a nuestros hijos tal y como son, les creamos una coraza psicológica que les permite sentirse protegidos toda la vida. No obstante, esta situación no ocurre en todos los casos. Cabe resaltar que no todos los padres desarrollamos la capacidad de cubrir y satisfacer las necesidades emocionales que tienen nuestros hijos.

Aunque el momento idóneo para fomentar el autoestima de nuestros hijos es cuando están pequeños, hemos visto casos de personas que aprenden a mejorarla en la etapa adulta y lo hacen porque se lo propusieron.

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En otro orden de ideas, debemos tener en cuenta que nuestros hijos son una esponja porque aprenden todo de nosotros; acá podemos partir desde el comportamiento que tenemos hasta los gestos y palabras. Si todas estas acciones se hacen con amor, seguridad y cariño; nuestros hijos van a sentir que son muy queridos, respetados y valorados. En resumen, dichas actitudes pueden llegar a ser las primeras lecciones de vida que les daremos y, a su vez convertirse en un fortalecimiento para que tengan buena autoestima.

Ahora bien, es muy importante que tengamos claro que la aceptación no significa que deben tener resignación, es decir, para ciertos momentos necesitamos establecer varios límites en cuanto a la educación de los niños se refiere, y lo más importante es dejarles claro que son aceptados tal cual como son. Esto se hace reconociendo todas sus virtudes y defectos.

En este mismo orden de ideas aclaro que, si nuestros hijos son tratados con agresividad, indiferencia o desprecio, automáticamente comenzarán a alimentar la desesperanza y tristeza, sentimientos de abandonos o rechazos. Por tal razón, ellos aprenderán y sentirán que no son queridos, sino que son inexistentes; a causa de esto, su autoestima estará deteriorada.

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Por todo lo expuesto en esta publicación, es muy importante como padres que tengamos presente lo siguiente:

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✓ Validemos y reconozcamos todas sus emociones. Si etiquetamos como "malos" sus sentimientos o hacemos que los repriman, el resultado que obtendríamos es una autoestima muy baja y no tendrán conexión con sus sentimientos. Debido a esto, como padres tenemos la tarea de valorar todas las emociones de nuestros hijos, no es correcto solo tomar en cuenta los aspectos positivos.

✓ Vamos a escucharlos e interesarnos en ellos y todas sus cosas. Es vital preguntarle cosas y hacerlos partícipes de todas las actividades que realizamos.

✓ Evitemos crear expectativas sobre el futuro de ellos, sus comportamientos y por supuesto, la forma que tienen de ser.

✓ Reconozcamos el potencial que tienen y no recordarles frecuentemente los defectos. Cabe resaltar que no quiere decir que no debemos hacerlo, pero en todo momento tiene que ser desde la vertiente de enseñarlos a crecer como personas.

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Concluyendo con el tema, es de vital importancia que todos los padres evitemos decirle a nuestros hijos cómo tienen que sentirse, tampoco debemos compararlos con otras personas, no les hablemos con sarcasmos o amenazas, del mismo modo no los castiguemos como forma de represión hacia sus sentimientos porque si lo hacemos, automáticamente estaríamos fomentando la negación o en su defecto, ocultaríamos cómo quieren y se pueden sentir.

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