Naturalmente verde

  Dentro del pantone de colores existen más de 90 millones de tono entre los que, el tono verde tiene alrededor de 55 variaciones y, a pesar de todos esos contraste, su significado y psicología coincide en que, transmite esperanza, energías positivas renovadas, bienestar emocional y paz.

  En lo personal, siento una gran conexión con el color verde, de hecho, lo considero mi favorito ya que, aprendí a tenerle amor, admiración y agradecimiento cuando estuve en sesiones terapéuticas para superar la depresión.

  Desde hace 5 años tengo la tradición de sembrar un árbol cada mes porque, siento que esa es una linda manera de unirme con la naturaleza por lo tanto, para efectos de esta dinámica voy a compartir mi plantación en el terreno que está en la urbanización donde vivo y otra en el primer conjunto residencial donde viví cuando me mudé a Puerto Ordaz, estado Bolívar (Venezuela).

  Esta actividad me genera una sensación que no es superable por alguna otra que haga porque, ese momento en el que tengo contacto con la tierra y defino un punto específico para que un ser vivo desarrolle su vida, me permite valorar más la vida.

  Hoy día estamos viviendo un momento en el que, la naturaleza nos está enviando mensajes muy contundentes y a su vez, está pidiendo a gritos que detengamos el daño que le estamos haciendo de manera bestial lo cual, considero que es la oportunidad perfecta de escucharla.

  Estoy totalmente segura de que, si todos nos dedicamos a sembrar árboles en los lugares adecuados y en ningún momento emprendemos acciones negativas hacia ellos, vamos a tener un excelente resultado positivo, siendo este un planeta Tierra 100% verde.

  En mi infancia escuchaba a mi abuela decir que, plantar un árbol era conectar con la tierra y aunque pasaron muchos años para poder entender eso, cuando finalmente lo hice, decidí sembrar mi primer árbol hace 11 años, siendo este un bonsái el cual tiene un significado que hace referencia a la eternidad y conexión del humano con la Tierra al igual que el cielo.

  Dicho bonsái lo planté en la primera urbanización donde viví cuando me mudé a Puerto Ordaz, esta queda al lado del conjunto residencial donde vivo actualmente y, sentí que ahora había llegado el momento de sembrar otro árbol en este lugar y para ello utilicé la planta del fruto favorito de mi papá (Mango).

  Sumar 3 nuevos granitos de arena para la construcción de un planeta naturalmente verde me llena de esperanza en que, sí es posible recuperar el bienestar del ecosistema y aunque efectivamente todavía hay mucho por hacer, cada aporte verde que sumemos, le regala oxígeno a todas las especies vivientes que habitamos este ecosistema.

  Recordemos que, a pesar de que en un túnel todo se vea oscuro, al final del mismo estará una luz de esperanza y, cuando hay esperanza, existe la vida y esta proviene de la naturaleza verde por lo tanto, siempre vamos a estar unidos a este hermoso color.

¡Muchas gracias por leer mi publicación!

^{Las imágenes presentadas en esta publicación son de mi autoría, fueron tomadas con mi teléfono celular Samsung A10s y tienen exclusividad para esta publicación. Los collage fueron elaborados con la aplicación GridArt}

^{Mi presentación en la plataforma}