Super feliz de encontrarme nuevamente con todos los amigos de la plataforma, especialmente con aquellos que aman y cuidan a los animales, gracias a este excelente concurso que esta semana nos propone que hablemos sobre alguna historia de rescate, adopción o ayuda a un animal. Creo que este es un tema muy importante, ya que debemos aprovechar cualquier oportunidad para transmitir la consigna de rescatar y adoptar.

Sin mas preámbulos, les hablaré en esta oportunidad, de otra rescatada "La afortunada Fortunata".

_{Mi hermana con Fortunata.}

Esta hermosa perra mestiza, llego a nuestra familia hace aproximadamente 25 años. Me encontraba dictando u curso de corte y confección patrocinado por la Iglesia Católica y el Ince en una parroquia de Ciudad Bolívar, cuando una de las integrantes comento que unos niños habían tirado una perrita en un tambor de agua. Enseguida salte y me dirigí hacia donde me indicaron que lo habían hecho y efectivamente me encontré con algunos niños y jóvenes alrededor de un tambor de los que se usan para almacenar agua, que de vez en cuando lo destapaban y se asomaban a ver lo que ocurría.

Cuando yo me asomé a observar, había un pequeño perro marrón nadando en el agua que no era muy profunda para una persona, pero si para el animalito. Tenia que nadar constantemente para no ahogarse, pero ya estaba bastante cansada. Saque al animalito del agua y estaba temblando de frio y de miedo. ¡El regaño que les di a los chamos fue épico! Se me salió la indignación que sentí por tanta crueldad, y les dije de todo.

Me di cuenta que era una hembra, de un mes y medio de vida aproximadamente y enseguida entendí por que le habían hecho aquella maldad, tenia una sarna incipiente en su piel, que le dejaba círculos sin pelo, del tamaño de una moneda (de las que existían en esa época). Tome a la perrita la seque como pude y me la lleve.

Terminé de dar mi clase y me fui a la casa con la perra, para ver que decía mi mamá. En esa época yo todavía estaba soltera y vivía con mis padres y ya teníamos un perrito en la casa. Gracias a Dios cuando le explique la situación ella me apoyó y la acepto sin problemas. Incluso fue mi mamá quien le puso el nombre a la perrita ¡Fortunata! Si, realmente fue
una perrita afortunada.

A pesar de ser mestiza , tenia algo de raza, no estamos seguros de que, pero tenia enormes patas y unos ojos verdes bellísimos. Algunos me dijeron que Weinmaraner. Después de unas semanas de buena alimentación y cuidados de la piel, para curarle la sarna, se convirtió en una belleza de animal

Fuente

Todos en la casa se encariñaron con la perra, y para simplificar el nombrecito, le decíamos "Fortuna". Era sumamente dócil y mansa pero cuidaba la casa como una leona. Aparte de eso si usted llegaba invitado a nuestro hogar, ella lo dejaba entrar tranquilo, pero cuando se iba la gente, había que estar pendiente porque, calladita, buscaba para morder los tobillos al que salía de la casa, ja, ja, ja... A más de uno sorprendió, y salió mordido en los talones. Gracias a Dios nunca fue serio, porque cuando nos dimos cuenta de su afición, siempre salíamos a despedir a la gente al portón.

_{Fortunata tomando su siesta con el Michi. Otro rescatado.}

Ella reinó en nuestra casa familiar durante unos ocho años aproximadamente. Yo me case, y quise llevarla conmigo, pero me dijeron, ¡Nada que ver! Búsquese su perro, porque esta es de aquí. Así que, ni modo, conseguí otro perrito para mí, porque no me la dejaron llevar.

Era una perra super mansa y noble se que se portaba bien con el otro perrito que era ancianito y con los niños. Especialmente con mi hija, ya que cuando íbamos a casa de mis padres (casí todos los días) quería pasarse la vida detrás de la perra. Ella se dejaba hacer cualquier cosa, y nunca fue brusca con ella, a pesar del fastidio de la niñita, que no la dejaba en paz.