El próximo adiós de un ídolo - viernes de cotinasports

Miguel Cabrera nación en Maracay, en el sector la pedrera y en el patio de su casa estaba un estadio de béisbol, donde desde niño fantaseaba a ser un buen jugador, de hecho, comenzó ese andar a los apenas tres años en una escuela dirigida por su abuelo.

Su educación formal estuvo repleta de exigencias y buenos ejemplos, de hecho, sus vecinos siempre destacan dos cosas, el orden y respeto y el apoyo de sus progenitores quienes todos los fines de semana lo acompañaban al estadio.

Transcurrió su infancia y adolescencia en algunas escuelas de béisbol y equipos locales y se fue visibilizando y sobresaliendo hasta que participó en el Panamericano que se jugó en San Luis en 1997, cuando tenía 14 años.

Allí fue el mejor short stop, jonronero, campeón bate, slugger e infield, premios que le valieron varias condecoraciones en el país y su segundo premio a la excelencia de la juventud aragüeña.

Los scouts lo colocaron en el punto de mira y llovieron las ofertas que al final culminaron cuando el padre del joven, apoyado por este decidió firmar con los Marlins de Florida el 2 de julio de 1999 por un bono de 1 millón 800 mil dólares.

Tres años después se casaría con su novia del liceo, Rosangel Polanco y un año después fue subido a las grandes ligas.

El dinero no solo sirvió para el joven prospecto sino para su familia en Venezuela quienes no se encontraban en una situación holgada y es algo que ha imperado a través de los años, ese amor fraternal con quienes le brindaron su apoyo y lo educaron.

Lo demás han sido éxitos por todos conocidos, debutó con jonrón para enfilar a su equipo a la serie mundial siendo el tercero desde 1900 en lograrlo, los Marlins fueron campeones ese año.

Sus marcas en 19 años de carrera en la gran carpa lo hacen considerar como uno de los mejores peloteros en la historia del béisbol y seguro habitante del Hall de la Fama cuando se retire.

Su vida privada ha estado pincelada por errores y rectificaciones que lo han llevado a programas de desintoxicación por el abuso del alcohol, sin embargo, ha sido un esposo ejemplar, padre de cinco hijos, tres en el matrimonio, y junto a su esposa fundador y mecenas de una fundación que ayuda a los niños enfermos cuyo nombre es Miguel Cabrera Fundation, a traves de esta en una oportunidad donó 25 mil dólares al hospital Di Maggio para los programas infantiles especiales.

Nunca ha olvidado sus raíces y cada vez que viene a su país visita el barrio donde creció y otorga ayuda a quienes lo necesitan, es inspiración de otros que ven en él un ejemplo a seguir.

Su pasión por el diamante es de hecho herencia familiar ya que su madre fue miembro de la selección venezolana femenina de softball por catorce años, incluso participó en el mundial de la disciplina escenificado en Taiwan en 1982, y también de distintos combinados estadales como Aragua, Carabobo y Lara, destacándose por su buen bateo.