Hoy es un día muy esperado por los estudiantes del colegio. Desde hace unos días se entusiasmaron mucho cuando les dije que aprenderíamos a montar ordenadores. Los dividí en varios grupos pequeños, cada uno con un conjunto completo de componentes. Quiero que aprendan no sólo escuchando, sino también haciéndolo directamente. Mientras recorría el salón de clases, guié a cada grupo mientras comenzaban a ensamblar las computadoras.
En un rincón del aula, uno de los estudiantes tenía dificultades para instalar la RAM. Me acerqué a él y pacientemente le mostré la forma correcta de insertar la RAM en la ranura. El estudiante pareció aliviado después de hacerlo bien. Por otro lado, también había estudiantes que casi habían terminado de ensamblar, se les veía muy emocionados y comenzaron a probar si la computadora que habían ensamblado podía encenderse.
Cuando uno de los grupos logró encender su computadora, se escucharon vítores de emoción por toda la clase. Sonreí, sintiéndome orgullosa de ver los resultados de su arduo trabajo. "¡Extraordinario! ¡Lo hiciste! Dije, elogiándolos por sus esfuerzos y cooperación.
Al final de la sesión, brindo una pequeña evaluación y consejos para superar algunos problemas comunes que suelen ocurrir al ensamblar una computadora. También enfatizo la importancia de la precaución y la precisión al manipular este hardware. Antes de regresar a casa, algunos estudiantes todavía se preguntaban con entusiasmo sobre otros componentes con los que tal vez no estuvieran familiarizados.
La experiencia de hoy me recordó lo importante que es el aprendizaje basado en la práctica. Ver a los estudiantes directamente involucrados y entusiasmados con el aprendizaje da su propia satisfacción. Salgo satisfecho sabiendo que no sólo adquirieron nuevos conocimientos, sino también habilidades útiles para su futuro.
Después de terminar de enseñar en la escuela, regresas a casa sintiéndote satisfecho. Por la tarde, cuando el sol empezaba a ponerse, Azka vino a verte con sus coches favoritos. La gran sonrisa en su rostro mostraba lo feliz que estaba. Te sentaste en el suelo con Azka y pasaste tiempo jugando con ella. El sonido de la alegre risa de Azka mientras empujaba su auto hizo que el cansancio del día desapareciera.
Azka cuenta con entusiasmo la historia de su imaginación sobre una gran carrera que tiene lugar en la sala de estar, con un efecto de sonido "vroom vroom" que él mismo creó. Te involucras en el juego, guiando a otros autos en la "campo de carreras" que creó Azka. Esa tarde fue un momento de unión cálido, sencillo pero muy valioso.
Saludos @sisol
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