No, nunca regreses aquí. Ve y pelea, Carl, no creas nada; rompe las reglas si tienes que hacerlo; y si se vuelve difícil, dalo por hecho. No te rindas nunca.

La grandeza de esta escena no está solo en las palabras sino en la fuerza interpretativa de los actores. Mucha gente se rinde a las primeras de cambio, pero para el que tiene el alma fuerte las trabas son una oportunidad para hacer más apetecible el triunfo.

Solo los que no se dejan vencer ante los obstáculos se crecen como seres humanos, y esto fue lo que Carl vivió a lo largo de la película. Pasó de ser cocinero a socorrista acuático, una labor destinada solo a los blancos. Luego ingresó en el programa de entrenamiento para hacerse buzo, y se graduó, contra todos los pronósticos. Con el tiempo logró el cargo de jefe mayor en la marina, y en el ejercicio de sus funciones sufrió un accidente en el que perdió su pierna izquierda. Con todas sus fuerzas se sometió a una cirugía, le colocaron una prótesis y realizó terapias para recuperar su movilidad. Tenía el deseo de volver a la marina de guerra estadounidense y se enfrentó a pruebas muy duras ante un tribunal militar. En esto fue crucial el apoyo que recibió de Billy Sunday (Robert De Niro), un militar alcohólico y amargado que le hizo la vida "cuadrito" cuando fue su profesor en la escuela de buzos.

Esto nos deja otra lección: El talento si bien ofende al mediocre; halla en el noble la admiración y el reconocimiento; y esto fue lo que Carl logró en Billy Sunday.

Si aún no ha visto la película, véala. Y no olvide:

La historia la hacen aquellos que rompen las reglas.

Invito a mis amigos @acostacazorla, @marcybetancourt y @genomil a unirse a este reto.Aquí la información

Nota: Publicación configurada para beneficiar con el 15% a @cotina.