Mi lado azul, en la vida, se muestran en casi todas las cosas que me rodean, incuso en mis pensamientos cuando se trata de ilusiones. Según la Sicología, artes graficas, fotografía y cine (entre otros) este color representa frialdad, soledad, tristeza y hasta desastre. Estoy de acuerdo y en mis ediciones de fotografía y video trato de colocar esta atmósfera para crear motivaciones intencionadas y atrapar miradas que juzguen para bien, mal o resulten indiferentes.

No puedo asegurar que el azul me brinde estabilidad o confianza, pero las grandes ideas o muchas de ellas han brotado al amanecer cuando medito acostado observando a través de mi ventana, antes de la salida del sol, cuando el azul predomina en el ambiente. La masculinidad no la asocio al color. Son las circunstancias y los momentos no precisos donde impera nuestra propia personalidad. La racionalidad puede estar sujeta a este color cuando en nuestra imaginación desarrollamos acontecimientos reflexivo que requieren de nuestro racionamiento y clarividencia.

Pero en mi vida, el azul esta presente. Cuando compro una camisa, antes pienso primero en que sea azul o cualquier otro implemento. En mis momentos creativos, cuando imagino estar en algún lugar desconocido, me voy al atardecer. Y como siempre se trata de una caída del sol donde en la mayoría del paisaje predomina el azul. No he viajado a Venecia ni a Paris y así es como las imagino: la tarde azul sentado en algún café viendo como predomina este ambiente.

Nuestro comportamiento lo demostramos a través de un color especifico? Es probable, pero no por la inclinación hacia este color evitaremos admirar las primeras luces del amanecer: rojizas, despertando la calidez, como rompiendo el hielo que nos impone el azul nocturno tan enigmático y misterioso. Pero en este ambiente frío y solo, ocurre que se cruza en mi imaginación que no estoy solo, a mi lado está quien siempre quiero que esté. El azul también es amor.

Azul es el mar que refleja el cielo infinito y que resulta inalcanzable para palparlo o atraparlo al final de la tarde. Pero es hermoso cuando lo apreciamos envolvente en aquellas caídas de sol tan llenas de pensamientos serenos, donde la paz de nuestro interior aflora para ver como el azul es devorado ante la oscuridad de la noche. No queda otra que esperar… un nuevo día, un nuevo azul.