Caso: Dra. García [Historia de terror y suspenso]

Hello, dear steemian!❤️

Otro día comienza, el trabajo no se hace esperar, tampoco es tarea imposible para una mujer que puede hacerlo todo en cuestión de horas.

La Dra. García, ya había terminado la operación en su consultorio. Una clienta satisfecha con su liposucción ya estaba lista para salir de él. Preparo todo, hizo la limpieza, mientras que su paciente se encontraba en una camilla. Debía de dictar la clase de anatomía a los chicos de la universidad.

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La sala ya estaba preparada, usaría medios audiovisuales, una de sus herramientas por la cual se caracterizaba. Tomo solo unos 60 minutos, apenas era una inducción. Su paciente continuaba en observación.

Al día siguiente, como parte de su rutina, atendió a su paciente. García tenía una buena reputación en el mercado negro en cuanto a cirugías clandestinas, esta no sería la excepción, por lo que debía de salir a la perfección. Una paciente satisfecha, significaban clientes potenciales, y más dinero. Sabía que no estaba bien, lo hacía, sin embargo, ¿quién podía juzgarla?

Tener un consultorio registrado era costoso, y ni se diga del pago al personal. Ambos factores la empujaron a crear un consultorio desde la comodidad de su hogar, claramente con todas las medidas higiénicas necesarias para que no fuese como cualquier lugar de mala muerte.

Aquí llegaban todos los que no querían que se descubrieran sus secretos estéticos. Una figura perfecta, tan anhelada, sin dejar ni rastros de haber pasado por el bisturí. Eso lo sabía bien la Dra. García, su trabajo era impecable, hasta ese día.

El reloj marcaba las 5 P.M., debía tomar algunas fotografías a su paciente para su registro fotográfico con previa autorización firmada por las partes interesadas. La camilla estaba preparada, la paciente, igualmente, movió el cuerpo hacia la parte superior, mientras preparaba la cámara, algunas tuercas se habían aflojado sin darse cuenta, y la mitad del cuerpo cayó hacia atrás.

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La columna de la paciente se había roto.

No conforme con ello, el cuerpo entero resbalo al suelo, y al chocar contra la superficie sucedió lo inesperado. Ectoplasma en color azul lleno el suelo de consultorio, quedando solo cráneo. Salió del departamento, se expandió por las escaleras del edificio. La Dra. García no entendía lo que pasaba, esto no podía sucederse, ¿quién creería lo le pasaba en este momento? Había asesinado a una persona de la forma más estúpida existente. Una persona, si así podría llamársele, desconocía qué entidad había estado allí.

Limpio todo, llevo horas, tuvo que suspender las citas agendadas, y las clases en la universidad. Sin embargo, la tarea más difícil era asear las escaleras y partes de los pasillos del edificio. No podía involucrar a más personas, o su carrera se acabaría.

El reloj marcó las once de la noche, cuando decidió que sería prudente llevar a cabo la tarea. Para su suerte, sus vecinos no se encontraban merodeando, una de las ventajas de estar en el edificio con más ancianos de la ciudad. Pago una cantidad de dinero considerable al vigilante para borrar los vídeos de seguridad. Y todo el asunto estaba arreglado.

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La semana transcurrió aparentemente tranquila, un auto la seguía, la Dra., pensó que quizás se trataba de su exesposo, que tenía la costumbre de estar atento a sus movimientos. Las órdenes de alejamiento no importaban cuando se tenía el dinero suficiente para comprar a la policía.

Al llegar a su casa, el teléfono suena, también tocan la puerta. En órdenes de urgencias, atender a la persona en la puerta era lo ideal, por lo que se dirigió a ella, sin saber que quién estaría a la espera era el Detective Cuarzo y su equipo. La orden de detención había llegado hasta su departamento, su rostro palideció, pero esto no impidió que reaccionara.

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Cerro rápidamente la puerta colocándole el seguro y atravesando el mueble donde acostumbraba a colocar los zapatos al llegar. Subió, a la ventana, mirando al cielo, rogó, pidió perdón.

Han pasado 2 años desde aquel suceso, nadie sabe qué paso con la Dra. García, nunca encontraron su cuerpo, solo el cráneo de su paciente que aún conservaba en el consultorio.

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