Para mi es motivo de gran alegría encontrarme entre ustedes con el fin de compartir pensamientos e ideas y con ellas reflexionar juntos Comenzaré deseándoles el mejor de los años a todos, uno por el cual siempre puedan levantarse y acostarse con una palabra de agradecimiento en sus labios, y para continuar, les dejo mi reflexión...

El recién iniciado, es un año que trae consigo muchos retos que podemos visualizar desde lo macro a lo micro. Mundialmente hay una conmoción que atenta contra el correcto funcionamiento de nuestro pensamiento; pero justo en esta ocasión quisiera referirme al caso particular de venezuela, mi país, el cual se encuentra en estos momentos, políticamente conmocionado, revuelto; económicamente accidentado; socialmente dividido y emocionalmente dolido, resquebrajado; pero hay algo que los venezolanos necesitamos entender y es que de estos cuatro aspectos que te he nombrado, entre los muchos otros que puedan haber, hay dos que no dependen de nosotros; infortunadamente, hay ocasiones que aunque queramos enderezar las cosas, éstas están tan torcidas que muchas veces se vuelven a torcer quedando en el mismo estado en el que estaban; pero la buena noticia es que dos de ellas si dependen totalmente de nosotros y de la actitud con la que decidamos encarar las situaciones.

Somos venezolanos, gente capaz y con mucha resiliencia. Hemos sido probados de muchas formas y a algunos les ha correpondico una de las más tristes, dejar su hogar, su familia y su gente. Sin embargo, de allí ha salido su fuerza y han logrado estar mejor por el simple hecho de no dejarse tumbar por el muro sino que, en su lugar, han usado sus manos para levantarlo y llevarlo a su lugar. Les decía que con nuestra forma de ser y las ganas de mejorar, que siempre sobreviven, también podemos hacer que las barreas sociales queden atrás y que como un solo pueblo saquemos al país y a nosotros mismos hacia adelante. Es infructuoso permitir que las diferencias, que siempre abundan, sean las que marquen la pauta. Somos venezolanos y esto está primero.

Y como una cosa contiene o le da sustancia a la otra, necesitamos hablarnos fuerte y darnos valor, dejar el pesimismo, la angustia y la ansiedad para comenzar a actuar como la situación lo amerita y de esta forma detener el piso a nuestros pies para tomar nuevamente el equilibrio.

Somos un pueblo cuya esencia emana paz, risa, alegría, fiesta. Mantengamos lo que hasta ahora nos conserva vivos y cuerdos, La Esperanza...