Había una vez un negro…, Caminaba el manco…, Un muchacho con retraso mental…, figura entre los comienzos de los chistes considerados como de humor negro.

La censura que se le aplica a este tipo de humor parte de una híper fragilidad impuesta por un sistema social que disfruta de manera privada este tipo de humor pero que es cuestionado o aborrecido en público.

Es quizás por esto que considero que la prohibición o reclamaciones que giran en torno al uso del humor negro me parecen muy hipócrita. Paradójicamente, en el séptimo arte y sus derivados, este tipo de humor está siendo cada vez mas popular. ¿Bueno o malo? Considero que cada quien lo definiría por su experiencia y conceptos personales.

En el sarcasmo la situación puede ser un tanto parecida, pero con un tono de diferencia bastante marcado. En mi opinión el sarcasmo se nutre mucho de lo absurdo.

Es que considero que el uso de esta acción parte como manera de demostrar, con un tono de humor fuera del lineamiento normal, situaciones en la que las cosas no se están entendiendo de manera clara.

Casi todo sarcasmo posee una gran dosis de lo absurdo. Son muchos los ejemplo con los cuales podría demostrar esta concepción personal. Pero como paradoja de la vida, no encuentro en este momento un ejemplo digno para escribir en esta publicación.

Algo que creo que se debe destacar es que a pesar de la similitud o la idea común que se quiere emplear, el sarcasmo y la ironía no tienen una relación basada en el concepto de sinónimo.

Si es cierto que la línea que divide ambas acciones puede ser muy delgada y de poca visibilidad, son conceptos y acciones muy diferentes.

Mucho del uso de estas dos acciones por mi parte va dirigido hacia mi mismo. Soy practicante de lo que denomino la auto burla. Esta acción que me ha hecho acreedor de muchas críticas por parte de mi entorno cercano al considerarlo como una acción en pro de minimizarme, me ha servido para crear un efecto contrario.

Tengo la teoría de que, si soy capaz de burlarme de mi mismo, las burlas que reciba de los demás no me afectaran anímicamente. Sí, es cierto, puede ser una apuesta peligrosa que puede ser manejada positivamente si se tiene una autoestima adecuada.

Menciono esto ya que dentro del repertorio de auto burla hace presencia, en gran medida, el uso del sarcasmo. Dirigido hacia los demás o hacia mi persona, en ambas ocasiones me ha servido para aclarar situaciones.