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La gloria

Son muchas o pocas las batallas que nos toca librar a lo largo de nuestra vida; en algunos caminos detenemos nuestros pasos y hacemos una pausa, bien sea por cansancio, frustración o equivocación. Lo importante es darse cuenta a tiempo si el camino no es el correcto, siempre se puede volver a empezar; el ánimo o motivación a veces no hay que esperarlo de otros, porque de ser así estaríamos siempre en el mismo lugar esperando para llegar al final del camino.

El final solo lo sabe cada persona, a donde quiere llegar y porque; es un proceso que se enfrenta de manera individual, no porque sea algo grave, sino porque son decisiones sobre si quieres ir rápido o sin prisa aprovechando para disfrutar el paisaje; por eso no podemos someter a otros a nuestro ritmo y tiempo. Internamente, tenemos un deseo que nos mueve y es el impulso para seguir con una visión clara de llagar a destino.

Puede suceder que un logro alcanzado, ya es por el momento ese final del camino; sin embargo, hay otras situaciones o diferentes escenarios. A veces puede alguien estar del otro lado esperando con los brazos abiertos a que llegues, es cuando te motiva el sentimiento con una fuerza inmensa que te hace poner más empeño para llegar. Teniendo presente que alguien importante te espera, te llena de una gran energía.

Lo cierto es que el final del camino puede verse distintas maneras y con variados significados.

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