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En su momento

Cuando hay momentos donde te proponen una invitación personal, social o laboral puedes darte el tiempo para pensarlo antes de responder; aunque no en todos los casos son iguales, a veces hay cierta presión en las palabras, el lugar o la forma que casi te obligan a decir que si, dejándote sin opciones y tal vez no te arrepientas y todo sale bien, pero hay otras decisiones que van mal desde que las tomas. El mejor escenario es no aceptar, si eso es lo que te hace sentir bien.

Sin embargo, ciertamente no resulta nada fácil en algunos caso decir que no, hasta es incómodo convirtiéndose incluso en un problema. A veces quieres estar bien con los demás y padeces ese síndrome de querer complacer a todos, pero al final eso tiene consecuencias; lo mejor es poner en práctica cada vez más la manera de ser valiente para no aceptar lo que no quieres, haciéndolo sin sentirte culpable.

Estar bien con un mismo es lo que te permitirá irte a la cama al final del día en paz, poder decir no a tiempo te libera de una presión mental. De manera que hay que diferenciar, cuando hacer las cosas por responsabilidad o si te dan opciones para decidir; centrarte en no estar incómoda con la respuesta, que no siempre será en negación, tocara alguna vez también aceptar.

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