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Una aventura

Un grupo de amigos se sentó a planificar un viaje para el mes de julio, querían visitar algunos pueblos de España; por fin coincidía en que todos podían ir, pues, estaban libre de trabajo y de la universidad por un par de semana. Y sentían que se merecían unas divertidas vacaciones, Santiago, Valentina, Sofía y Mateo estaban muy emocionados.

Empezaron a meter todas sus cosas en la vieja furgoneta de Mateo, a pesar de que otros dudaron de hacer el viaje allí, porque querían evitar cualquier accidente, ya que constantemente tenía fallas ese carro. Decidieron tener mente positiva y se imaginaron mirando un atardecer en cualquiera de esos caminos, acompañados de la llama de una fogata.

Estaban en época de verano y el clima era agradable, así sin el mayor equipaje porque los jóvenes solo llevan apenas una mochila, emprendieron su viaje.

Todo era maravilloso, nada les molestaba y disfrutaban cada pueblo por donde pasaban, además se detenían sin la mayor preocupación por el tiempo; eran libres. Hasta que acercándose a Uceda, Castilla-La Mancha, la furgoneta empezó a fallar haciendo un fuerte ruido y quedándose detenida en medio de la carretera, todos se bajaron mientras Mateo y Santiago hacían todas las revisiones posibles y tras muchos intentos para encenderla no lo lograron.

Entre todos lograron moverla a la orilla, no querían perder la calma, confiaban en que alguien pasaría y los ayudaría. Pasadas las horas, se habían quedado sin alimento y decidieron caminar hacia una plantación de frutas para comer ciruelas, fascinados por tan frescas, hermosas y dulces ciruelas, se les pasaba el tiempo sin darse cuenta.

Luego sintieron calor y buscaron un río, caminaron hasta ver uno y se acercaron para refrescar su rostro; allí se sentaron en la orilla, conversaban, comían ciruelas y de repente salió del agua un animal gigante, un cocodrilo. Los hizo correr a una velocidad que sin darse cuenta ya estaban en la furgoneta; era tanto el susto que ya ni sabían si lo que había sucedido era real.

Cayendo ya la noche paso un señor y se detuvo para auxiliarlos, encendieron el carro y siguieron hasta el siguiente pueblo, en su aventura.

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