El escritorio del autor, desde una mirada de la creación literaria

Introducción

En un artículo anterior indiqué que iba a realizar una serie de artículos semanales respecto de lo que es el quehacer del escritor, en tanto que oficio, sin quedarnos en predicamentos teóricos. El ensayo, nos permite una flexibilidad, incluso literaria. E ésta ocasión apelaremos metafóricamente a lo que es el escritorio como un pretexto de lo que son las actividades intelectuales de un autor.

Desarrollo

En un escritorio, determinado autor se sienta a crear una ficción. Digámoslo así, en términos canónicos. Y para ello requiere de varios aspectos, a manera de metáfora, lápiz, hoja en blanco, máquina de escribir; o si se es más moderno, laptop y varias aplicaciones. Así como una biblioteca donde mínimamente existan buenos diccionarios o, si se es más moderno, apoyarse del Internet.

En éste caso, lo que nos interesa es usar elementos claves de lo que debe tener un *escritorio ficcional; esto es, la materia prima, las herramientas y el motivo de la escritura. Eso es lo que vamos a desarrollar brevemente en el presente ensayo, rescatando algunas ideas del video sugerido enseguida. Apoyando algunas consideraciones de un libro referenciado puntualmente.

Fuente del video.

Empecemos por lo que deberíamos considerar como nuestra materia prima. Ésta la entenderemos como aquello que obedece literariamente al componente de la ficción. Para Vásquez (2018) se desprende de alguien que la provee, esto es, el ser humano (se entiende como escritor), que, curiosamente, resulta ser en un acto de dobles, su propio invento. Existe en la ficción y realidad. Es creador y creado. Y la intención, continúa el autor, es poder reconocernos, descubrirnos en nuestra naturaleza genuina: por ello nos inventamos.

El soporte de nuestra materia prima, esto es, las posibilidades inventivas; tienen soporte en ese ejercicio investigativo y/o lector, del propio autor que se dará a la tarea de crear historias, y lo hace a través de un ejercicio de lectura historiográfica de otros autores. Esto permite, más que emular, tener referentes tanto teóricos, como creativos, que le exige su labor como escritor.

[Foto tomada con mi celular.]

Precisamente en el seminario de Pantoja (2014), se reflexiona no solo sobre el compromiso intrínseco en el quehacer del escritor que va desde consideraciones éticas y estéticas sino en lo que concierne al reconocimiento de otros autores, desde esa perspectiva historiográfica. Ponía de ejemplo el leer a Julio Cortázar y extraer ciertos preceptos lingüísticos, por ejemplo, que podrían servirnos en nuestra propia actividad creativa, literariamente hablando.

En lo que más nos concentramos es en la noción estética del acto de escribir. al final, de eso se trata todo esto, de mínimamente entretener; y si se logra generar un goce estético e incentivar una pedagogía existencial, qué mejor. Eso es algo por lo cual trabajo todos los días, precisamente. Y debo reconocer que ha sido verdaderamente complejo, aunque gratificante.

Precisamente ese es el tercer componente a considerar en ese escritorio ficcional, esto es, todo aquello que implique la creación de una atmosfera estética. El leitmotiv de todo libro literario debe contenerse en aquella capacidad que tenga un escritor de plasmar emociones. Cultivar el espíritu humano, de aquel que lee, por medio de sus historias.

Por ello es que, debemos leer mucho. De entrada, para no perder nuestra capacidad de asombro y, en consecuencia, para poder ser capaces de crear esos ambientes estéticos a los que me refería anteriormente. Por ello es que nuestra biblioteca, esa que vamos construyendo a lo largo de nuestra vida y lecturas, debe corresponderse a esa misión existencial y profesional, como autores.

Conclusión

Como se puede discernir, el trabajo del escritor abarca muchas actividades. La parte medular es lo que se ha señalado en el presente ensayo. Un escritor, antes de escribir; debe leer. Y esas lecturas deben de ser propositivas para el impulso del propio ejercicio literario del autor. de esa manera es que se van a ir teniendo los elementos claves para darle un soporte a las historias ficcionales.

Referencia

Pantoja, A. (2014). Seminario Uno. La Obra de Julio Cortázar y sus enseñanzas en el Oficio del Escritor. YouTube.

Vásquez, J, G. (2018). Viajes con un mapa en blanco. Alfaguara. México.