Gracias los amigos del @teamvenezuela por el desafío de la semana número 18: "Expresándome en Paz". Un tema tan interesante como polémico pues si buscamos una definición "apropiada", tendremos tantos resultados como personas en el mundo. Invito a los amigos @terelife, @shravana y @strong16 a participar en esta dinámica semanal.

Tan necesaria como escurridiza, la anhelada "paz" que buscan los hombres es la ausencia de conflictos para poder disfrutar de una vida en armonía con los demás y consigo mismo. Pero tal cosa es imposible mientras cada quien justifique sus medios para obtener dicho fin.

Para unos, la paz se logra exterminando al que piense diferente. Para otros, la paz llegará con un gobierno mundial único, con un sola moneda y en un planeta "sin fronteras". Los creyentes de las diferentes religiones creen que la paz se establecerá en un mundo venidero...pero para nosotros, creyentes en Cristo, la verdadera paz no es "algo", es "Alguien".

Si, como lo leen: la paz es una Persona, Cristo, el Hijo de Dios y Dios mismo. De hecho uno de sus títulos es "Príncipe de paz". Por eso la paz se ha transformado en una utopía dentro de la sociedad moderna porque la seguimos buscando como "algo" y no como "Alguien".

Desde el momento en que esa Persona vino a vivir dentro de mí y yo vivo dentro de Él, he encontrado la paz "que sobrepasa todo entendimiento". Es decir, no depende de ninguna circunstancia: si tengo dinero o no, estoy en paz; si estoy enfermo o no, estoy en paz... no quiere decir que no me entristezca o duela algo, pero siempre habitando dentro de una atmósfera de paz, con la confianza puesta en Aquel que controla todas las cosas.

Probablemente no haya sensación más maravillosa que la de experimentar la paz de Dios. Lamentablemente no es fácil transmitirle eso a otra persona porque para la mayoría eso es "locura". El Mesías dijo que la paz que Él daba no es como el mundo la da; es decir, el sistema de este mundo te ofrece paz por medio de cercas perimetrales, guardaespaldas, rejas bien construidas, dinero, cosas materiales y para usted de contar.

Obviamente esa es una falsa paz, porque apenas desaparece alguna de esas "cosas", también se esfuma la paz. La única forma de expresar genuina paz es habitando en el Príncipe de paz pues no puedo dar de lo que no tengo; la comunión (que no la mal llamada "relación") con nuestro Creador nos permite conocerle íntimamente y confiar más y más en Él, disfrutando de un suministro abundante y constante de paz.

Aunque la paz no es contagiosa, sin duda podemos expresar la paz que disfrutamos al dar a conocer a ese Príncipe de paz para que las personas también puedan conocerle y experimentar, si acaso, lo más maravilloso que criatura alguna pueda disfrutar: conocer íntimamente a Su Creador para ser su habitación, disfrute y manifestación en la tierra de los vivientes.

No existe otra manera de vivir en paz; nunca habrá paz mientras los hombres la sigan persiguiendo cómo una "cosa". Cada ser humano buscará la paz "a su manera", mientras el Príncipe de paz sigue mandando el mismo mensaje desde hace más de dos mil años a través de la naturaleza, las guerras y los conflictos propios de cada nación: "Buscadme y viviréis".