Primeramente agradezco a Dios porque sólo con el hecho de regalarnos un día más de vida y salud ya es una gran bendición para todos. En ésta estupenda oportunidad tengo el agradable placer de redactar éste post con la finalidad de unirme a ustedes a través de la dinámica de hoy bajo la temática de "escritura" y de tal manera compartir con todos ustedes un cuento inédito escrito por mí ☺️.

Por tal razón les extiendo la cordial invitación a seguir leyendo para que me acompañen en ésta nueva historia; la cual está inspirada en la vida de un pavo real que a pesar de su belleza era muy sencillo y humilde de corazón y aunque fue traicionado por el que creía su mejor amigo, él jamás apagó ese brillo hermoso y especial que siempre lo caracterizó. Ya sin más preámbulos mi cuento dice así...

Había una vez en algún lugar de un hermoso campo llamado "La vida es bella" un pavo real llamado Agustín y su mejor amigo Marcial (un pavo). Resulta que Marcial le tenía cierta envidia a Agustín a pesar de que eran "mejores amigos"; él siempre trataba de superar a Agustín en todo lo que hacían y su mayor rencilla era que jamás iba a poder hacer el hermoso y colorido abanico que hacía Agustín por naturaleza.

Marcial había agotado todos los recursos y por más que lo intentó no pudo ser mejor que Agustín porque más allá de una meta de superación personal ya él sentía odio, rencor y envidia porque anhelaba tener eso que Agustín tenía. Un día en su desesperación pensó fue en acabar definitivamente con el pavo real y es que Marcial sabía que había una planta a la cual Agustín era sumamente alérgico añadiendo también que ésta tenía su grado de veneno; entonces pensó fue en prepararle un té y acabar con él para siempre.

Marcial fue y buscó dicha planta y la conservó, al poco tiempo llegó Agustín con un dolor de cabeza y Marcial con sus negras intenciones se ofreció a prepararle un té para "aliviar su dolor". Agustín inocentemente aceptó esperar el té valorando las "buenas intenciones" de Marcial, luego de unos minutos estuvo el té, se lo entrega a Agustín y mientras él esperaba que té reposara lo caliente llegó Pascal (un amigo en común de Marcial y Agustín) estaba cabizbajo, decaído y sin fuerzas.

Al verlo en tan mal estado se angustiaron los dos en gran manera y llenos de incertidumbre le preguntaron:

– ¿Qué tienes? ¿Qué te sucede? ¿Por qué estás así?

Pascal: – No lo sé amigos, ando con un gran dolor de cabeza, mareos y vómitos.

A lo que Agustín generosamente y muy preocupado respondió:

– ¡Pues toma! Mira éste té me lo preparó Marcial con todo el cariño del mundo, especialmente para que yo me mejore; por eso te lo doy a tí porque en ese estado que estás te ves peor que yo y me preocupas bastante. Ten, tómatelo de una vez que ya está tibio.

Al Agustín entregarle el té a Pascual, Marcial rompe en llanto y le pide que por favor no se tome ese té. Agustín y su amigo quedan desconcertados totalmente y le preguntan:

– ¿Qué pasa Marcial? ¿Por qué te alteras de esa manera?

A lo que Marcial muy arrepentido y avergonzado respondió:

– Lo siento chicos, lo que pasó fue que no podía permitir que le pasara algo malo a Pascal y menos luego de todas las cosas tan bonitas que habló Agustín de mí; verán yo le coloqué una planta a ese té para acabar con Agustín, de verdad estoy muy arrepentido. No me estoy excusando, pero lo hice porque él siempre ha sido mejor que yo en todo y por más que me esfuerzo nunca lo he logrado superar en nada. Pero wao que tonto fui un gran amigo casi muere por éste resentimiento y ésta envidia que llevo muchos años por dentro, de verdad les pido perdón de todo corazón y si ninguno de ustedes me quieren hablar, yo los entenderé.

Pascal quedó sin palabras y Agustín al momento le respondió:

– ¿Sabes qué pasa? Que tú siempre quisiste fue superarme a mí y no buscaste manera de superarte a tí mismo y ser mejor cada día, que veías solamente tus defectos sin fijarte en tus virtudes y por tal motivo tú mismo estabas creando envidia y rencor en tu corazón. Y no te preocupes que yo te perdono pero acepto nuevamente tú amistad únicamente si tú estás dispuesto a sanar esas heridas y curar ese odio que traes por dentro sino (aunque me duela decirlo) prefiero que cada uno tome su propio camino, porque ese rencor que traes no te va a afectar a tí nada más sino a mí también, incluso aún hasta a terceros. Así que bien, escucho tu respuesta ¿Estás dispuesto a cambiar sí o no?

Marcial muy conmovido y con muchas lágrimas en su rostro aceptó que había hecho todo mal, aceptó cambiar, aceptó sanar sus heridas... Marcial cada día hacía algo para superarse pero sobretodo para enamorarse de sí mismo y allí estaban sus amigos tendiéndole las manos para ayudarlo a levantarse las veces que él caía.

Al poco tiempo después, Marcial ya había sacado todas esas raíces de amargura que poco a poco le estaban matando los bonitos sentimientos que tenía en su corazón, lo que había sucedido quedó completamente en el olvido por parte de todos y vivieron muy felices por siempre todos juntos y en armonía.